¿Qué nos espera en economía con un Gobierno de PSOE y Podemos?

Con los resultados electorales en la mano, la opción casi segura es que el PSOE gobernará con el apoyo de Unidas Podemos (sea externo o entrando en el Gobierno) y de varios partidos regionales. Para la economía, eso significa que se aplicarán las principales recetas de los socialistas y las que exija el partido de Pablo Iglesias a cambio de su apoyo -aunque el PSOE promete dejar fuera las más radicales- que Bolsamanía les presentó antes de los comicios. ¿Cuáles son? ¿Qué nos espera en impuestos, pensiones, energía, vivienda y mercado laboral?

1. IMPUESTOS

Lo han adivinado: los impuestos van a subir. La cuestión es cuáles y cuánto. En primer lugar, el PSOE va a retomar las tres tasas que incluyó en el proyecto fallido de Presupuestos: la tasa Tobin (impuesto a las transacciones financieras), la tasa Google (impuesto a la actividad en España de las grandes tecnológicas) y la tasa al diésel. Además, pretende establecer un "tipo efectivo" de sociedades en el 15% una vez descontadas exenciones y bonificaciones, que considera el gran problema del sistema fiscal español.

Unidas Podemos quiere ir más lejos y elevar este tipo efectivo al 20% para bancos y petroleras. También quiere subir el tipo de la renta del ahorro para igualarlo a la del trabajo y crear un nuevo impuesto a las grandes fortunas que sustituya a Patrimonio. El PSOE es reacio, en principio, a estas medidas, pero a buen seguro estarán encima de la mesa en las negociaciones para formar Gobierno.

2. SICAV Y PLANES DE PENSIONES

En cuanto a estos productos de ahorro, con la victoria electoral las sicav pasarán a estar supervisadas por Hacienda en vez de por la CNMV, lo que muy probablemente se traducirá en una oleada de inspecciones. Más allá, ni Sánchez ni Iglesias llevaban en el programa una modificación de su tratamiento fiscal ni la supresión de esta figura, como pidió Unidas Podemos el verano pasado.

Sí hay choque en los planes de pensiones: mientras el PSOE quiere mantener la estructura actual de desgravación de las aportaciones y pago como rendimiento del trabajo en el rescate, el partido morado quiere eliminar la ventaja fiscal. Ahora bien, en la negociación de los Presupuestos cedió en este punto.

3. PENSIONES

Aquí hay muy poco que esperar de la probable coalición de Gobierno: los dos citan un estudio de la Airef (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) que cifra el déficit de la Seguridad Social en unos tres puntos de PIB -30.000 millones- de aquí a 2045, pese a que el agujero actual es ya de 18.000 millones. Y consideran que no es nada dramático y que se puede solucionar perfectamente de aquí a entonces. Eso sí, con impuestos, porque las cotizaciones no serán suficientes dado el envejecimiento de la población, el aumento de la esperanza de vida y la caída de la natalidad.

Un punto en el que insiste mucho Unidas Podemos es que quiere incluir en la Constitución que las pensiones tengan que revalorizarse anualmente conforme al IPC llueva o truene, en bonanza o recesión. Y el PSOE parece proclive a concederle esa demanda, pero para que salga adelante una reforma constitucional deben contar con el apoyo de tres quintos del Congreso.

4. MERCADO INMOBILIARIO

Sin duda, la inversión que se va a ver más afectada por el nuevo Gobierno es la preferida de los españoles: el ladrillo. En este punto, tanto PSOE como Unidas Podemos apuestan claramente por políticas intervencionistas que pueden tener un impacto muy relevante en la rentabilidad de este activo.

El partido de Pedro Sánchez apuesta por limitar los precios del alquiler, es decir, poner topes por ley al mercado, por ampliar -también por ley- los plazos mínimos de los contratos de arrendamiento y por la construcción de vivienda pública en régimen de alquiler para competir con la iniciativa privada. La formación de Iglesias incluso pone cifras a esta última medida: 50.000 viviendas al año. Y advierte de que no hay que construir todas, sino que se deben poner en "alquiler social" las viviendas vacías propiedad de "grandes tenedores". Algo que no llega a la expropiación pero se acerca.

5. EL RECIBO DE LA LUZ Y EL DIÉSEL

En el aspecto energético, la nueva tasa al diésel provocará inevitablemente una subida de este combustible, que ahora mismo vuelve a estar disparado por la escalada del precio del petróleo. Y seguirá penalizando a los coches con motor de combustión en favor de los eléctricos, a pesar del impacto que puede tener en la industria y en el empleo.

En cuanto a la electricidad, tanto PSOE como Unidas Podemos apuestan por potenciar las renovables. El problema es cómo compatibilizar esto con intentar rebajar el elevado precio de la luz en España. El primero propone una política de impuestos y subvenciones para favorecer las energías limpias, y su única medida liberal: introducir más competencia en el mercado eléctrico (aunque no concreta cómo). Eso sí, que nadie piense en rebajar los impuestos o quitar los famosos peajes (subvenciones) del recibo de la luz. Podemos quiere poner un canon a las centrales ya amortizadas para crear una especie de fondo que rebaje el precio de la luz.

6. MERCADO LABORAL

En este aspecto es en el que el PSOE se muestra más radical: pretende derogar los "aspectos más lesivos" de la reforma laboral del PP de 2012 -aunque sin aclarar cuáles son- y redactar un nuevo estatuto de los trabajadores adaptado al Siglo XXI.

Unidas Podemos pretende imponer un contrato único (en esto coincide con Ciudadanos, pero no con el PSOE): el indefinido, con dos únicas excepciones: picos de actividad y razones organizativas, con un máximo de seis meses.

7. ¿QUÉ HACEMOS CON BANKIA?

Otro importante foco de conflicto entre el PSOE y Unidas Podemos es el futuro del único banco nacionalizado que queda sin privatizar. El partido morado pretende mantener a Bankia como entidad pública y echar a Goirigolzarri de la presidencia. De hecho, pretende crear otro banco público de inversión al que llama BITE (Banco de Inversión para la Transición Económica). Eso sí, matiza que su modelo no es el de la antigua banca pública (las cajas de ahorros), sino que deben adoptar las mejores prácticas de gobernanza y que sus presidentes sean elegidos por el Parlamento

El PSOE, en cambio, pretende seguir vendiendo paquetes en bolsa cuando el mercado lo aconseje pero sin generar expectativas que favorezcan la especulación.