La camarilla de la antigua CiU auspicia la rebelión de Valls contra Ciudadanos
El exprimer ministro galo, candidato a refundar la centroderecha no nacionalista en Cataluña
Actualizado : 09:43
La ruptura de Manuel Valls con Ciudadanos se da por hecha en los círculos empresariales que han patrocinado su intento de asalto a la Alcaldía de Barcelona. Y confluye con la creciente necesidad del catalanismo de centro-derecha de refundarse y crear un nuevo partido que recupere el espíritu de Convergència i Unió (CiU). La idea que sopesan es redoblar su apuesta por Valls y convertirlo en su candidato.
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Valls y Ciudadanos, a la greña por apoyar a Colau, la "opción menos mala"Fuentes conocedoras explican a 'Bolsamanía' que los mismos sectores económicos que apoyaron a Albert Rivera y Ciudadanos en el pasado, y que le han dado la espalda, incómodos por el giro frentista de su política, se están organizando para exportar la aventura de Barcelona a las Cortes Generales. Sus planes pasan por asaltar el Parlament de Catalunya con una réplica de la plataforma liberal BCN Canvi-Cs que en la capital catalana ha quedado como cuarta fuerza en el consistorio. Después, emulando al partido naranja, dar el salto al Congreso.
La derecha catalana no independentista se quedó huérfana después del desmembramiento de Convergència y ha protagonizado varios intentos de resurgimiento. Agrupaciones como Els Lliures, fundada por el exdiputado de CiU Antoni Fernández Teixidó, o grupos como Units per Avançar, liderado por el histórico de Unió, Ramón Espadaler, han tratado de mantenerse a flote con mayor o menor fortuna. De hecho, la lista de Valls incorpora a la exdiputado de Unió, Eva Parera.
Otros partidos, como Ciudadanos o el PSC, que se presentó en coalición con Espadaler a las últimas elecciones catalanas, han tratado de ocupar este espacio, sin demasiado éxito. La idea del primer secretario de los socialistas catalanes era atraer a estas élites económicas y empresariales que ya habían empezado a desmarcarse de Ciudadanos.
Estos grupos, ahora, consideran que los naranjas ya no encarna sus intereses de abanderar un catalanismo moderado y dialogante, según relatan fuentes conocedoras a este medio. Además, pesan los resultados obtenidos por el partido en el reciente ciclo electoral, en el que han pasado a cuarta posición y no han logrado ni una sola alcaldía.
Añadido a estos factores, la ausencia de debate interno y la fuga de líderes al Congreso provocan que se hable de crisis en el partido. En este contexto, creen que la muleta de Ciudadanos se ha convertido en un lastre para Valls y presionan para que deje ir a los de Rivera y, a su debido tiempo, ocupe uno de los primeros puestos de la plataforma que represente al "catalán de centro, moderado, catalanista y español", relatan a Bolsamanía.
Creen, sin embargo, en el entendimiento con el PSC, pero reivindican un espacio propio. Entidades como Societat Civil Catalana o su fundación hermana, Joan Boscà, íntmimamente relacionadas con las élites económicas de Barcelona y Madrid, llevan meses trabajando para hacer converger este sentimiento que creen que se precipitará en cuanto haya una sentencia en el juicio del 'Procés', más si viene acompañada de elecciones anticipadas en Catalunya.
VALLS SE DEJA QUERER
"Todas estas maquinaciones sintonizan muy bien con las ambiciones personales de Valls", explican fuentes de primera mano. El político franco-catalán "no se conformará siendo regidor en la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona", comentan, y en su proyecto personal aspira a cotas más altas.
Por otra parte, el exprimer ministro galo parece diseñado para convertirse en el paladín de estas élites de centro-derecha. Encarna el espíritu del liberalismo europeo que quieren llevar por bandera y, también, del 'seny' (juicio) catalán que pretenden reivindicar. Varias fuentes indican que si no lidera el nuevo espacio, será una de sus figuras principales.
Sólo falta que Valls abandone la órbita de Ciudadanos. Un proceso que ha acelerado tras las elecciones del 26 de mayo, pero que se ha escenificado en varios actos, empezando por su ausencia en la manifestación de PP y Ciudadanos en Colón. En aquel momento la excusa fue Vox y, ahora, su oferta de apoyar a la alcaldesa en funciones, Ada Colau, sin condiciones, con el fin de evitar que haya un gobierno independentista, precipitará el divorcio.