Trump pone ahora al mundo al filo de la guerra de divisas
Tras la guerra comercial el republicano ataca el mercado monetario
- El mercado espera la reacción de Draghi a las acusaciones de mantener deliberadamente bajos los tipos y el euro
Actualizado : 09:22
“Toda guerra comercial es, en esencia, una guerra de divisas”. La frase de James Rickards, autor del libro ‘Currency Wars’ y colaborador habitual del New York Times, ha vuelto a cobrar todo su significado tras los recientes ataques verbales del presidente de los EEUU, Donald Trump, a la fortaleza del dólar y a la gradual subida de tipos de la Reserva Federal (Fed). En plena ofensiva proteccionista del republicano, cuyo principal objetivo es China, el siguiente paso lógico es, para diversos expertos y analistas, que el conflicto arancelario se traslade al ámbito monetario. En este contexto, “Trump ya ha disparado primero”, agregan.
Además de cantar las virtudes de un dólar débil, el republicano ha vuelto a cargar contra China y la Eurozona y los ha acusado de manipular sus divisas y sus tipos de interés deliberadamente para beneficiar a su comercio exterior. En contraposición, según el presidente de los EEUU, “el dólar se ha encarecido más y más cada día”.
Estos comentarios, emitidos durante una entrevista en la 'CNBC' y reiterados en Twitter no son nuevos y en diversas ocasiones tanto él como su secretario del Tesoro, Stephen Mnuchin, han intervenido verbalmente en el tipo de cambio para frenar rallys del ‘billete verde’. Esta ocasión no ha sido diferente y ha devuelto al mercado la sensación que la Administración republicana ha decidido dar por finiquitada la política de un dólar fuerte que se instauró en tiempos de Bill Clinton. Además, ha roto con otra tradición que se impuso en el inicio de la década de los 90: no criticar las decisiones de la Fed. Trump, contradiciéndose a sí mismo, aseguró no estar “entusiasmado” con la senda que toma el banco central.
En plena ofensiva proteccionista el siguiente paso lógico es, para diversos expertos y analistas, que el conflicto arancelario se traslade al ámbito monetario
“Es una amenaza a la independencia de la Fed”, indica Hussein Sayed, analista de FXTM, algo que es “crucial para la confianza del mercado”, agrega. En opinión de este experto, el presidente del supervisor monetario, Jerome Powell, “seguirá con la normalización monetaria, pero existe la posibilidad de que los tipos se incrementen de forma menos gradual si Trump sigue presionando a Powell”.
Otro banquero central que tendrá muy presente las palabras del magnate es Mario Draghi. El presidente del Banco Central Europeo (BCE) encabeza esta semana una reunión de política monetaria de la que se espera muy poco, por no decir casi nada, después de que el 14 de junio anunciara los planes de la entidad para dar por finiquitado el estímulo cuantitativo a finales de 2018. En cambio, Sayed cree que el interés real se situará “en las apreciaciones que pueda hacer el italiano sobre la guerra comercial y cómo se defiende de las acusaciones de manipulación del mercado monetario”.
Además, el experto de FXTM defiende que el motivo que explica la apreciación del dólar, no sólo ante el euro, sino ante el resto de divisas principales y, en especial, ante las emergentes, es que “la economía de EEUU está superando a la de otras naciones impulsada precisamente por la política fiscal y comercial de Trump, no porque el resto de países estén devaluando sus monedas”. Y es prácticamente imposible para la Fed ignorar esta realidad y cumplir con su deber de subir los tipos, por lo que poco más le queda al magnate que seguir protagonizado peligrosas pataletas.
CHINA MIRA HACIA OTRO LADO
La excepción podría ser China. El yuan se ha llegado a depreciar un 8% en apenas tres meses contra el dólar y tocó el viernes mínimos de un año. Los analistas de FXTM y de otras firmas exponen que Pekín no está activamente depreciando su moneda en este momento, pero el Banco Popular de China tampoco es que se sienta incómodo con esta situación. “Abaratar el yuan es una de las medidas con las que cuenta el Gobierno de Xi Jinping para combatir los gravámenes a las exportaciones”, indica Neil Wilson analista de Markets.com.
Sin embargo, desde HSBC apuntan que las autoridades chinas “no están presionando deliberadamente a la moneda en este momento”, porque la debilidad es consecuencia de un cambio en las expectativas de mercado más que de una intervención de las autoridades monetarias. No obstante, desde FXTM agregan que el banco central tampoco está actuando para frenar el desplome.
El gobernador del banco central, Yi Gang señaló, hace dos semanas, que el banco central está monitorizando las fluctuaciones de divisas extranjeras con el objetivo de mantener el yuan firme y en un nivel de precio razonable. Las salidas de fondos están bajo control, enfatizó, pero fuentes internas del supervisor apuntaron que las intervenciones se darán sólo en caso de una aguda y rápida depreciación. “El banco central está feliz con la devaluación de su divisa y no tiene ninguna intención de intervenir para apuntarla", indican los expertos de Danske Bank, por su parte.
LA GUERRA DE DIVISAS
El escenario actual, por lo tanto, pone al mundo al borde nuevamente de la guerra de divisas, que no es otra cosa, según Rickards, que la competencia entre naciones para impulsar las exportaciones a base de depreciar sus monedas. Durante los años de baja inflación, gobiernos y bancos centrales buscaron beneficiarse de esta medida y en teoría se le puso límite mediante una serie de acuerdos que alcanzaron las potencias del G20 en 2016, cuando se instó a los principales países a que dejaran de usar este mecanismo, al que se culpó de generar gran inestabilidad económica mundial.
Pero el autor expone que, en realidad, esta contienda no ha cesado nunca, ya que “lo que quieren los países, en última instancia, es importar inflación”. “EEUU tiene un déficit comercial, no un superávit -son una potencia importadora- y rebajando el dólar las exportaciones serán más atractivas, lo que encarecerá los productos que compramos, y así la inflación se alimenta en la cadena de suministros en los EEUU”, explica.
De hecho, “la batalla por devaluar las divisas es, en realidad, un modelo de flexibilización económica”, prosigue el experto, por lo que insiste en que “nada sugiere que la guerra de divisas vaya a acabar pronto” y, de hecho, “está más vigente hoy que nunca”, concluye.