¿Año de contracción o de recuperación? Lo que traerá 2025 para la economía alemana

La esperanza para la economía de Alemania proviene de dos lados, según los analistas de ING

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Bolsamania | 10 ene, 2025

A la espera de que se publique la primera estimación del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania, lo que parece más probable es que la economía ha vuelto a sufrir en 2024 otra ligera contracción. ¿Continuará en 2025 por el mismo camino o logrará registrar una recuperación a final de año?

Los analistas de ING destacan que, si las previsiones se cumplen y Alemania vuelve a contraerse al cierre de 2024, sería la primera vez desde principios de la década de los 2000 que ocurre durante dos años consecutivos. No obstante, creen que, de cara a 2025, "la esperanza para la economía alemana proviene de dos lados".

Por un lado, "una estrategia más modesta para las llamadas políticas de empobrecimiento del vecino previstas en Estados Unidos" y, por otro, un aumento de la confianza y el crecimiento en Alemania después de las elecciones, que están convocadas para el próximo 23 de febrero, después de que el canciller Olaf Scholz perdiera la moción de confianza a la que se sometió a finales de diciembre con el objetivo de adelantar los comicios tras el colapso de la coalición de gobierno.

Hay que recordar que Alemania se encuentra sumida en una crisis política desde que el pasado mes de noviembre Scholz destituyera al ministro de Finanzas, Christian Lindner, debido a fuertes discrepancias sobre la política fiscal que debe aplicar el Ejecutivo para impulsar la economía.

Los expertos consideran que el escenario más optimista incluye un nuevo gobierno que acuerde reformas estructurales, inversiones y una política fiscal más flexible. "Si una política fiscal más flexible también significa una reforma del freno constitucional a la deuda o solo algunas soluciones alternativas mediante exenciones o vehículos de propósito especial depende del resultado de las elecciones", matizan.

En cualquier caso, creen que, dado el creciente consenso entre la mayoría de los partidos sobre la necesidad de más inversiones, "las políticas fiscales más laxas en Alemania se materializarán, a más tardar, en 2026".

"Solo para compensar la brecha de inversión acumulada durante la última década, Alemania necesitaría inversiones adicionales del 1,5% del PIB por año durante los próximos 10 años. No se trata solo de inversiones públicas, pero el Gobierno tendrá que desempeñar un papel importante en la provisión de bienes públicos como infraestructura y educación y en la creación de incentivos para las inversiones privadas. Actualmente, el resultado más probable después de las elecciones es al menos un fondo de inversión en infraestructura", comentan.

Lo que sí que ven claro es que cualquier nuevo gobierno no intentará reformar el viejo modelo económico, sino más bien tratará de rejuvenecerlo: "Menos burocracia, algunos recortes de impuestos para estimular el gasto y las inversiones, posiblemente intentos de reducir los costes de la energía y la inversión en infraestructura".

"Todo esto figura en la lista de deseos de cualquier economista europeo y un estímulo para el crecimiento de la economía", aseguran.

No obstante, añaden que otra cuestión es si estas medidas serán realmente suficientes para competir con China y Estados Unidos. "Alemania obtendría un modelo renovado de su economía, claramente mejor que el anterior, con grietas, fallos de batería y muy pocos aparatos, pero tampoco un modelo nuevo y brillante que deje atónitos a sus competidores", afirman.

Por otro lado, en cuanto a la inflación, estiman que seguirá siendo rígida en niveles ligeramente demasiado altos, ya que los efectos favorables de la base energética seguirán desapareciendo mientras los salarios aumentan. "Parece más probable que la inflación general se acelere en lugar de desacelerarse en el corto plazo", dicen.

Sin embargo, con el giro actual del mercado laboral, creen que el crecimiento de los salarios debería reducirse más significativamente de lo que se pensaba anteriormente, "lo que provocará más presiones desinflacionarias a finales de este año". Como resultado, esperan que la inflación se estabilice finalmente en un rango del 2% al 2,5% a lo largo del año.

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