S&P: el rendimiento sólido hará que la banca española mantenga dividendos y genere capital

En S&P Global Ratings creen que los rendimientos sólidos permitirán a los bancos españoles mantener los pagos a los accionistas y generar capital, aunque para la mayoría de los bancos la capitalización seguirá siendo un factor de calificación neutral.

La agencia considera que los tipos de interés altos mantendrán débiles las perspectivas crediticias, pero ayudarán a mantener la rentabilidad en niveles sólidos y los bancos casi igualarán en 2024 sus resultados de 2023. Los ingresos netos por intereses se verán respaldados por la lenta migración de los depósitos de la vista al plazo.

"Unas mayores ganancias generarán mayores impuestos sobre las ganancias inesperadas, pero los bancos podrán compensar con creces el aumento mediante sus menores contribuciones al fondo de garantía de depósitos y al fondo único de resolución. Los costos operativos y crediticios también permanecerán bajo control", señalan.

Además, aunque hasta ahora hay poca evidencia de un deterioro de la calidad de los activos, creen que es probable que surjan nuevos préstamos problemáticos, principalmente entre pequeñas y medianas empresas (los préstamos garantizados por el Instituto de Crédito Oficial parecen particularmente vulnerables) y préstamos al consumo no garantizados.

"Sin embargo, esperamos que se contenga el deterioro de la calidad de los activos y pronosticamos pérdidas crediticias en 50 puntos básicos de préstamos promedio, en línea con el nivel del año anterior", añaden.

A su parecer, los bancos españoles están bien preparados para gestionar la próxima restricción de liquidez del mercado, puesto que mantienen un gran colchón de efectivo en el Banco Central Europeo (BCE), "lo que les permitirá reembolsar fácilmente las restantes operaciones de financiación a largo plazo".

Los préstamos y los depósitos seguirán superando a los préstamos por un margen: "Esperamos que los bancos sigan recurriendo al mercado en busca de financiación, pero principalmente para refinanciar deudas que vencen, ya que el crecimiento empresarial se verá atenuado. Los bancos también se están preparando para el nuevo ciclo de política monetaria, aumentando sus libros de comités de activos y pasivos y sus coberturas para minimizar el impacto de los tipos de interés más bajas en sus márgenes".

En cuanto a los riesgos clave que podrían desafiar las expectativas de S&P Global Ratings, apuntan a cuatro. En primer lugar, un crecimiento económico más débil, lo que llevaría a un mayor desempleo y problemas de calidad de activos más significativos para los bancos. En segundo lugar, las condiciones de financiación más estrictas, que dificultarían y encarecerían el acceso de los prestatarios a la financiación y podrían desencadenar turbulencias financieras.

En tercer lugar, el compromiso limitado del gobierno con la consolidación fiscal, que mantendría elevada la deuda pública, reduciendo su capacidad para apoyar la economía si fuera necesario. Por último, los ciberataques que podrían perturbar las operaciones y tener consecuencias financieras y de reputación para los bancos afectados.