La segunda pata de la reforma de pensiones y la subida del SMI, retos para 2023
Entra en vigor el MEI, que eleva los tipos de cotización que pagan empresas y trabajadores
El diálogo social tripartito entre Gobierno y agentes sociales arranca 2023 con varios asuntos en cartera, que no se han logrado cerrar antes del fin de 2022, pese a que esa era la intención inicial.
La segunda parte de las reforma de pensiones --la primera acaba de celebrar su primer cumpleaños--- debía haberse aprobado antes de finalizar 2022 para cumplir con el calendario comprometido con Bruselas en el Plan de Recuperación, pero las diferencias entre las partes y la polémica propuesta de ampliación del periodo de cálculo de la pensión de 25 a 30 años, descartando los dos peores años cotizados, lo impidieron.
Esta segunda pata de la reforma aborda el destope de las bases máximas de cotización y de la pensión máxima -aunque no al mismo ritmo-, una mejor cobertura de las lagunas de cotización en carreras laborales irregulares y medidas para reducir la brecha de género en pensiones.
El problema es que el Ministerio ha puesto también sobre la mesa una propuesta para ampliar progresivamente el periodo de cálculo de la pensión de los 25 años actuales a un total de 30 años, con el descarte de los dos peores años cotizados.
En su propuesta inicial, que es sólo un punto de partida, el Gobierno propuso vincular la evolución de las bases máximas de cotización al criterio de revalorización de las pensiones, es decir, al IPC interanual medio de los doce meses anteriores a diciembre, más un incremento adicional anual de 1,154 puntos entre 2025 y 2050.
Esta subida de las bases máximas de cotización iría acompañada de un aumento de la pensión máxima, aunque no en la misma proporción. De este modo, el Gobierno propuso que la pensión máxima suba también con la referencia de inflación establecida para las pensiones contributivas y la pensión mínima (IPC promedio de los doce meses anteriores a diciembre), más un porcentaje adicional de 0,115 puntos, menor por tanto al planteado para las bases máximas.
Los sindicatos piden directamente que se destopen las bases máximas y los empresarios no quieren oír hablar de más aumentos de costes, pues el nuevo año ya les trae algunos.
LA LLEGADA DE 2023 TRAE NUEVOS TIPOS DE COTIZACIÓN
Así, la ley de Presupuestos del Estado para 2023 ya plantea una subida del 8,6% de las bases máximas, que pasarán de 4.139,40 euros mensuales de 2022 a 4.495,38 euros, lo que afectará a los salarios más altos. Pero es que, además, con llegada de 2023 entra en vigor el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que establece una cotización adicional finalista de 0,6 puntos sobre el salario bruto, de la que un 0,5% corresponderá a la empresa y un 0,1% al trabajador.
Para una base de cotización mediana, de unos 2.000 euros de sueldo, esta subida del 0,6% que establece el MEI, supondría una cotización mensual de 12 euros, de los que dos euros los pagaría el trabajador y 10, la empresa.
El objetivo del MEI, con los que se prevén recaudar casi 3.000 millones de euros en 2023 que irán a la 'hucha de las pensiones', es el de reforzar los ingresos de la Seguridad Social para afrontar las jubilaciones de los 'baby boomers' entre 2032 y 2050.
LA SUBIDA DEL SMI, TAMBIÉN PENDIENTE
Además de esta reforma, está pendiente de resolver lo que ocurrirá con el salario mínimo interprofesional (SMI), teniendo en cuenta que el objetivo es que se sitúe en este 2023 en el 60% del salario medio.
CCOO quiere que suba desde los 1.000 euros actuales por catorce pagas a entre 1.082 euros y 1.100 euros, lo que supondría un alza porcentual de entre el 8,2% y el 10%. UGT, directamente, pide llevar el SMI hasta los 1.100 euros y CEOE y Cepyme plantean un incremento del 4%, hasta los 1.040 euros mensuales.
El Gobierno tiene ya sobre la mesa el informe de los expertos, que recomiendan una horquilla de entre el 4,6% y el 8,2% para 2023, así como su revisión a los seis meses para evaluar su suficiencia en un contexto de elevada inflación.
De momento, el Ejecutivo no ha puesto sobre la mesa ninguna cifra, aunque lo normal es que, como ocurrió en 2022, se guíe por las sugerencias realizadas por los expertos. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quiere pactar la subida con los agentes sociales, aunque la CEOE no está por la labor de pactar un alza superior al 4%.
En todo caso, haya o no acuerdo con los sindicatos o con ambas partes, la subida del SMI de 2023 tendrá efectos retroactivos desde el 1 de enero. De momento, y hasta alcanzar dicho acuerdo, el Gobierno ha prorrogado para 2023 el SMI de 2022, situado en 1.000 euros mensuales.
Sumar a los empresarios será complicado. No sólo han puesto condiciones para subir el SMI un 4% en 2023, sino que consideran rotas las relaciones con Trabajo después de que la Ley de Empleo incluyera una enmienda que permitirá a la Inspección de Trabajo controlar las causas alegadas por las empresas en los despidos colectivos.