Scope eleva el 'rating' de Grecia y recupera el grado de inversión después de 13 años
La deuda del país estaba calificada como bono basura desde que comenzó su crisis de deuda en 2010
Actualizado : 13:43
Scope Ratings eleva el rating de Grecia, que recupera el grado de inversión después de 13 años. En concreto, la agencia ha mejorado las calificaciones de emisor y de deuda senior no garantizada a largo plazo en moneda local y extranjera del país de BB+ a BBB- y ha revisado las perspectivas asociadas de positivas a estables.
"El refuerzo del apoyo por parte de las instituciones europeas, una trayectoria favorable de la deuda pública y las reformas del sector bancario han impulsado la mejora del rating. Si bien, la elevada deuda pública, los riesgos políticos a largo plazo y la fragilidad del sistema bancario son algunos de los retos", señalan.
Hay que destacar que la deuda del país estaba calificada como bono basura desde que comenzó su crisis de deuda en 2010.
Como explican, la mejora de las calificaciones soberanas a largo plazo de Grecia a un nivel de grado de inversión de BBB- refleja tres factores.
En primer lugar, el respaldo continuado de las instituciones europeas a Grecia, reflejando los cambios desde la crisis de Covid-19 para apoyar a los Estados miembros vulnerables de la eurozona a través de intervenciones de política monetaria y fiscal.
"Esto refleja, desde 2020, las innovaciones de los programas de compra de activos del BCE y la relajación de los requisitos del marco de garantías que han permitido la elegibilidad de los instrumentos de deuda soberana griega a pesar de que la calificación del prestatario no era de grado de inversión".
Las medidas de los bancos centrales, junto con la aprobación del Plan de Recuperación y Resiliencia para Grecia de 30.500 millones de euros (13,7% del PIB medio de 2021-2026), junto con la posibilidad de un nuevo tratamiento de la deuda a largo plazo por parte de los socios europeos, demuestran un respaldo europeo más duradero más allá de las crisis recientes, apoyando la sostenibilidad de la deuda y creando espacio fiscal para que el Gobierno aumente la inversión pública.
En segundo lugar, una trayectoria constante de reducción de la deuda pública, respaldada por una inflación elevada, un crecimiento económico real superior al potencial, unos bajos costes medios de los intereses de la cartera de deuda vigente y la consecución de superávits fiscales primarios. Se espera que el ratio deuda pública/PIB de Grecia descienda hasta el 160,7% en 2023, lo que supondría una reducción de 46 puntos porcentuales desde el máximo alcanzado en 2020.
En tercer lugar, las reformas estructurales que han reducido significativamente los elevados ratios de morosidad y mejorado sustancialmente la estabilidad del sistema bancario, junto con las políticas alineadas con la financiación del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (FRR) y el marco Semestre Europeo, movilizan la inversión e impulsan la recuperación.
Así, la mejora de la calificación refleja las evaluaciones actualizadas de Scope sobre Grecia en las categorías de "riesgo económico interno", "riesgo para las finanzas públicas" y "riesgo para la estabilidad financiera" de su metodología soberana.
No obstante, las calificaciones crediticias de Grecia se siguen viendo desafiadas por la elevada deuda pública, que representa una vulnerabilidad a largo plazo para las reevaluaciones del riesgo soberano en los mercados financieros. Scope consideraría cruciales para la futura trayectoria de la calificación de Grecia nuevas reducciones sustanciales del ratio de deuda, en consonancia con las expectativas de referencia. Además, el debilitamiento gradual de la fuerte estructura de la deuda, con mayores costes de refinanciación, junto con la transición gradual de la propiedad pública a la privada de la deuda, y los plazos medios más cortos de vencimiento de la nueva deuda, reflejan un desafío.
También existen riesgos políticos a medida que Grecia pasa de depender del crédito condicionado del sector oficial a una financiación menos condicionada basada en el mercado, persiste la fragilidad en el sector bancario y las debilidades económicas estructurales, como un modesto potencial de crecimiento a medio plazo, una elevada tasa de desempleo, un sector exterior débil y los retos medioambientales a largo plazo, constituyen también limitaciones.