El PIB EEUU crece un 2,9% en 2018 pese a la desaceleración del cuarto trimestre
Esta ralentización impidió que el crecimiento llegara al 3% anual por primera vez desde 2005
Actualizado : 15:03
La economía estadounidense creció un 2,9% en 2018, por encima del 2,2% del año anterior. Esto, pese a que el Producto Interior Bruto (PIB) se desaceleró en el cuatro trimestre hasta el 2,6%, en comparación con el 3% del trimestre anterior, según los datos publicados este jueves. Pese al descenso, la economía crece al ritmo más fuerte en este periodo desde 2015.
Esta ralentización impidió que el crecimiento de EEUU alcanzara el 3% anual por primera vez desde 2005, el objetivo del Gobierno de Donald Trump, después de que en el tercer trimestre, el PIB se situara en el 3,4% y en el 4,2% en el segundo. Además, el cierre parcial del Gobierno, que comenzó poco antes de Navidad, puede haber sido suficiente para evitar que la economía alcance el 3%.
Un mercado inmobiliario en crisis y un mayor déficit comercial suavizaron la economía en los últimos tres meses de 2018 después de un torrente de crecimiento en la primavera y el verano pasado. Sin embargo, y a pesar del aumento de los vientos en contra, los consumidores y las empresas siguen mostrando capacidad de recuperación.
Un mercado inmobiliario en crisis y un mayor déficit comercial suavizaron la economía en los últimos tres meses de 2018
El gasto de los consumidores aumentó hasta el 2,8% en el cuarto trimestre. Los hogares no gastaron tanto como lo hicieron en los dos trimestres anteriores, pero fue más que suficiente para mantener a la economía en un lugar estable. La inversión de las empresas, por su parte, fue mucho más fuerte de lo esperado.
Por el contrario, el mercado de la vivienda volvió a ser débil, tal como se esperaba. La inversión en nueva construcción cayó un 3,5%, marcando la cuarta caída consecutiva.
Otra gran carga para la economía fue un déficit comercial mayor. Las importaciones subieron un 2,7% para superar un aumento del 1,6% en las exportaciones. Los exportadores estadounidenses se vieron obstaculizados por los aranceles, una economía mundial más débil y un dólar más fuerte.