Niño Becerra tira de ironía para criticar los nuevos impuestos de la Comunidad de Madrid
En la región se cobra un Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) a los inquilinos con contrato de alquiler
- El economista no comparte la tasa: 'Se podría poner un impuesto por tener bañera: con ducha es suficiente'
Actualizado : 19:58
El nuevo impuesto que se cobrará en la Comunidad de Madrid a los inquilinos que tengan un contrato de alquiler parece no haber gustado a Santiago Niño Becerra. El economista ha criticado el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) en su cuenta de Twitter, aunque lo ha hecho tirando de ironía. ¿Qué ha dicho?
Los arrendatarios tendrán que pagar la tasa sin importar si esta cláusula figura o no en el contrato suscrito
Pues a través de varios comentarios, el catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramon Llull deja claro lo que opina sobre este impuesto. Niño Becerra se hace eco de una noticia de El País en la que se explica cómo es esta tasa y a quién afectará, y da a entender que no comparte el afán de subir impuestos de algunos políticos.
La mencionada noticia dice que los inquilinos con un contrato de alquiler de vivienda firmado en los últimos cuatro años en la Comunidad de Madrid tendrán que pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que, por ejemplo, en caso de que la renta sea de 600 euros mensuales, deberán abonar una cuota tributaria de casi 29 euros por cada año de duración. Y lo tendrán que hacer sin importar si esta cláusula figura o no en el contrato suscrito.
La Consejería de Hacienda madrileña empezó a reclamar esta tasa a comienzos de 2015, en el marco de su plan de lucha contra el fraude, y lo está haciendo en medio del estupor y la sorpresa de los inquilinos. Pese a ello, la Comunidad de Madrid no es la única en cobrarla: también lo hacen Cataluña, Asturias, Andalucía y Galicia.
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Niño Becerra lo tiene claro: esta situación sólo puede resumirse con una frase, "hay que aumentar ingresos". Y además se muestra irónico al respecto al señalar que "se podría imponer un impuesto por tener bañera: con ducha es suficiente".
No obstante, no se queda ahí, ya que también recuerda en otro comentario que "en el S. XIX existía un impuesto por 'huecos al exterior': cuantas más ventanas tuviera una vivienda más se pagaba".
¿Y QUÉ PASA CON EL SALARIO MÍNIMO?
Por otro lado, el economista ha escrito este jueves en La Carta de la Bolsa sobre el salario mínimo y el nivel de desempleo de los países europeos, adjuntando un gráfico sobre el tema. Según ha dicho, se "cuestiona el mito" ya que "economías como la de Luxemburgo, Bélgica, etc., muestran unas relativamente reducidas tasas de desempleo y a la vez niveles de salario mínimo muy elevados".
Luego hay otras, como República Checa, Lituania, Estonia…, "con una también relativamente reducida tasa de desempleo que se ven acompañadas por un nivel de salario mínimo más bien reducido". "Y luego están España y Grecia, que juegan en otra liga al combinar tasas de desempleo enormes con niveles de salario mínimo que son más elevados que los del segundo grupo pero mucho menores que los del primero".
La conclusión que Niño Becerra saca de todo esto es que "es el nivel de valor añadido y la estructura del PIB, junto a la existencia de una demanda de trabajo suficiente, lo que determinará el nivel de desempleo, y que la cuantía del salario mínimo será la consecuencia de la realidad económica de cada país". Es por ello que dice que "quienes argumentan que reducir el salario mínimo aumenta la demanda de trabajo olvidan lo sucedido entre el 2002 y el 2008: entonces había demanda de trabajo porque se necesitaba trabajo, y nadie criticaba el nivel de salario mínimo, entre otras razones porque su importancia era menor; pero ahora que su peso en la escala salarial está aumentando…", la cosa es distinta.
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