Niño Becerra reflexiona sobre el triunfo de la mediocridad en las grandes empresas

El economista Santiago Niño Becerra ha lanzado, a través de la experiencia de un lector de su blog, una reflexión sobre la gestión de las grandes empresas en España y cuál es el origen de los problemas a los que enfrentan y que han derivado, en muchos casos, en pérdidas e incluso en despidos colectivos.

A través del correo electrónico de un lector, publicado en un artículo en ‘La Carta de la Bolsa’ con el título ‘Reflexiones a un nivel intermedio’, el catedrático de Estructura Económica llama a “meditar” sobre lo que está ocurriendo en las empresas. En este caso, se trata de una empresa multinacional, “muy multinacional”, que está llevando a cabo un expediente de despido, y el correo electrónico procede de una persona que ocupa un puesto a nivel medio-alto.

"No triunfan los mejores, triunfan los mediocres más bien conectados y los mediocres se rodean de más mediocres"

Entre los problemas que enumera este lector, se encuentra el triunfo de la mediocridad. “No triunfan los mejores, triunfan los mediocres más bien conectados y los mediocres se rodean de más mediocres porque ven a los profesionales mejor capacitados como una amenaza y no como una oportunidad”, señala el e-mail publicado por Niño Becerra.

A esto se suma el hecho de que las compañías son demasiado verticales, donde “los de abajo y del medio” se limitan a “ejecutar lo que dicen los de arriba”; a una falta de rigor en la gestión y la dirección, y a la “cultura de la directriz sin acción”, en la que se ha olvidado que “para que se produzcan cosas hay que ejecutar acciones, no solo decir”.

Según el texto, “todo lo anterior se resume en una ‘cultura española’ donde no se busca el lograr el objetivo común, sino en lograr ‘mi objetivo’ y si puedo lograrlo diciendo que el de mi lado lo hace peor que yo, mejor para mí”. “Y si no llego al objetivo maquillo los datos, escondo cosas debajo de la alfombra, convenzo a auditores… ya sabes, cultura de listillos”, añade.

Niño Becerra ya ha reflexionado en anteriores ocasiones sobre esa ‘cultura de la mediocridad’ que se critica en este artículo. En un texto publicado el pasado 3 de octubre, el economista alertaba sobre un nuevo modelo económico basado en la mediocridad.