Moody's cree que la deuda de las aerolíneas crecerá entre 35.000 y 55.000 millones

Moody’s considera que el apoyo de varios gobiernos europeos a sus aerolíneas podría obstaculizar una reestructuración integral de la industria en el continente como consecuencia del impacto del Covid-19.

Así se expresa Moody’s en un artículo en el que analiza el impacto del coronavirus en el sector aéreo y en el que no prevé que se puedan recuperar los niveles de tráfico de 2019 antes de 2023. Además, estima que la deuda del sector se incrementará entre 35.000 y 55.000 millones de dólares en estos años.

A este respecto, ve probable que las consecuencias del coronavirus remodelen la industria global de las aerolíneas, haciendo desaparecer a las compañías más débiles.

Sin embargo, advierte de que no solo sobrevivirán las compañías más fuertes, las que tenían posiciones financieras más sólidas en 2020, ya que también podrán resistir algunas con posiciones muy débiles gracias al apoyo de sus gobiernos, especialmente en Europa.

Por ello, concluye que esto podría ampliar la brecha en los modelos operativos entre Estados Unidos y Europa, con varios operadores de redes nacionales que se convertirán en una especie de servicio público.

Por otro lado, estima que esta mayor participación gubernamental en el sector de las aerolíneas también puede generar una mayor presión para que este sector reduzca su huella de carbono, a través de inversiones en combustibles sostenibles.

En esta línea, señala que el Gobierno francés ha puesto como condición de su apoyo a Air France-KLM que reduzca a la mitad sus emisiones de carbono en el espacio aéreo francés en 2024, con la suspensión de los vuelos que puedan ser sustituidos por trenes de alta velocidad.

Además, considera posible que se produzcan salidas más fáciles de la crisis para las compañías nacionales y con vuelos punto a punto en comparación con los grandes operadores de red, gracias a una mayor flexibilidad operativa y a que la recuperación de los vuelos nacionales y de corta distancia será más rápida que la de los transoceánicos.

Por último, prevé que los viajes corporativos se reducirán significativamente, y tal vez permanentemente, como resultado de los cambios en los patrones de trabajo, el uso de la tecnología y a que las empresas se centrarán en reducir costes.

En todo caso, señala que a finales de 2022 es posible que las compañías vuelvan a apostar por las reuniones presenciales y la asistencia o participación en ferias comerciales y conferencias, particularmente si los riesgos para la salud del coronavirus se han desvanecido con la aparición de una vacuna o de un tratamiento efectivo.