La inflación explica más de la mitad del alza de ingresos públicos en 2022, según el BdE
Especialmente en el IVA y en el IRPF
El efecto de la inflación ha ido ganando peso y, en 2022, explicaría más de la mitad del crecimiento observado de los ingresos, especialmente en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Desde el inicio de la pandemia en España, los ingresos públicos han mostrado un elevado dinamismo y han evolucionado de forma excepcionalmente positiva, según recoge el Banco de España en su informe 'Los ingresos públicos tras la pandemia. Residuos fiscales e inflación'.
"El efecto estimado de la inflación en la evolución reciente de los ingresos públicos es notable y ha ganado peso en los últimos trimestres. Así, en los tres primeros trimestres de 2022 el crecimiento de los precios habría supuesto 7,3 puntos porcentuales (pp) de los 12,3 pp de incremento de los ingresos públicos observado en este período. Esto es, más de la mitad", destaca el organismo.
En este sentido, desde el Banco de España señalan que el fuerte crecimiento de los ingresos tras la pandemia viene explicado, principalmente por los residuos fiscales (o componente no explicado) y, más recientemente, por la inflación.
En 2022, el impacto de la inflación fue particularmente elevado en el IVA, por los aumentos en los precios al consumo, y en el IRPF, por la progresividad en frío. En cuanto al componente no explicado, los residuos han sido positivos en los dos últimos años.
Estos residuos explicarían, conforme se desprende del informe, un tercio del crecimiento observado de los ingresos desde 2019, lo cual supone algo más de dos tercios del exceso de crecimiento de los ingresos por encima del PIB. "Esto es, 2,6 pp de los 3,7 pp de aumento de la ratio de ingresos sobre PIB. Solo en la crisis inmobiliaria de 2008-2009 se observan residuos de un tamaño equiparable, aunque entonces fueron negativos en lugar de positivos", aclaran desde la institución.
En cuanto a la inflación, se estima que el repunte de los precios podría explicar aproximadamente el 46% del incremento de los ingresos públicos tras la pandemia, si bien cabe señalar que los efectos de los precios sobre los ingresos públicos no son siempre inmediatos.
Aunque en el caso de los impuestos indirectos, que se ven automáticamente afectados por la evolución de los precios al consumo, el impacto de la inflación sí es inmediato, no es así en el caso de otros impuestos, cuyas bases impositivas se pueden ver afectadas por la inflación con distinta intensidad a lo largo del tiempo.
En este sentido, según el BdE, y de cara al año en curso, cabe esperar una menor contribución de la inflación sobre el IVA como consecuencia de la desaceleración esperada en los precios. "Sin embargo, es probable que el impacto sobre el IRPF y las cotizaciones sociales se incremente en la medida en que se produzca una cierta aceleración del crecimiento de los salarios y como resultado de la indiciación de las pensiones con la inflación del año precedente".
Por otra parte, el informe pone de manifiesto que la inflación no solo afecta a los ingresos públicos, sino también a los gastos. "Este efecto en los gastos se distribuye también a lo largo del tiempo y depende, por ejemplo, de la existencia de mecanismos de indiciación automática".
Respecto al componente no observado o residuo, se estima que en torno a un tercio del aumento de los ingresos fiscales registrado en los dos últimos años no podría explicarse por la evolución de sus bases macro, elasticidades históricas y medidas tomadas.
"Dada la relevancia cuantitativa de estos residuos fiscales, sería deseable encontrar una explicación contrastada que permita discernir hasta qué punto se trata de un incremento extraordinario de los ingresos públicos de carácter estructural (permanente) o transitorio, en cuyo caso cabría esperar una reversión del fuerte crecimiento de la recaudación en los próximos años", añade el informe.
No obstante, y dada la dificultad para aproximar e interpretar un factor no observable, como son los residuos fiscales, el principio de prudencia aconsejaría "no considerar este incremento de los ingresos como permanente", concluye.