La inflación, el paro del transporte y la guerra debilitan el crecimiento del sector servicios
Según el índice PMI, los clientes se muestran cautelosos e indecisos en su toma de decisiones
Actualizado : 11:20
La economía del sector servicios de España registró una nueva expansión en marzo, aumentando por segundo mes consecutivo, aunque el ritmo de crecimiento fue más débil debido a una mayor incertidumbre debido a la guerra en Ucrania, el paro del transporte y la inflación, según se refleja en el índice PMI.
El Índice de Actividad Comercial, ajustado estacionalmente, elaborado por S&P Global y que se basa en una sola pregunta en la que se solicita a las empresas que comenten sobre la evolución de su actividad con respecto del mes anterior, disminuyó de 56,6 registrado en febrero a 53,4 en marzo.
El crecimiento de la actividad estuvo apoyado por un nuevo aumento de los nuevos pedidos, pero de manera similar, el ritmo de expansión fue notablemente más bajo que en el mes anterior. Por una parte, las empresas de servicios indicaron que la demanda del mercado se estaba beneficiando de un repunte natural debido a la disminución del impacto de la pandemia. No obstante, por el contrario, el paro del transporte afectó la actividad del mercado al igual que la incertidumbre entre los clientes aumentó debido a la guerra en Ucrania. Este hecho se observó de manera más notable en los nuevos pedidos procedentes de clientes del extranjero, que cayeron por tercer mes consecutivo y lo hicieron a un ritmo más rápido.
A pesar de que el crecimiento se ralentizó, las empresas aún se enfrentaron a ciertas presiones en la capacidad, en parte debido a los persistentes desafíos en las cadenas de suministro, y el resultado neto fue un segundo aumento mensual consecutivo de los pedidos pendientes de realización.
En consecuencia, se contrató personal adicional siempre que fue posible y las empresas contrataron nuevos trabajadores por duodécimo mes consecutivo. De hecho, la tasa de crecimiento fue marcada y la más pronunciada desde noviembre del año pasado.
Además de las cargas de trabajo actuales, las empresas también expresaron cierto grado de esperanza de que, a medida que se disipan los desafíos de la pandemia, la actividad seguirá aumentando en los próximos doce meses. No obstante, la confianza en general cayó notablemente con respecto del mes anterior. Comprensiblemente, esto reflejó la preocupación de los encuestados por la guerra en Ucrania y las dificultades para pronosticar cómo este conflicto afectará a la demanda y la actividad a corto y medio plazo.
La tendencia de los precios también fue motivo de preocupación. Los desafíos relacionados con los suministros y las presiones inflacionistas, ya arraigadas, muestran pocas señales de disiparse, mientras que los precios de la energía, el combustible y los servicios públicos continúan aumentando. También se informó que los gastos laborales han subido. El impacto neto no fue sólo un aumento de los costes operativos por vigésimo segundo mes consecutivo, sino el aumento más fuerte jamás registrado en la historia del estudio, que comenzó en agosto de 1999.
Las empresas no tuvieron otra opción que aumentar sus tarifas cobradas en respuesta a estas presiones de costes elevados. En general, los precios cobrados aumentaron por duodécimo mes consecutivo en marzo. De hecho, la tasa de inflación mantuvo su reciente tendencia al alza hasta alcanzar también un récord del estudio.
Desde S&P Global señalan que "la economía del sector servicios de España registró una nueva expansión en marzo, aunque tal vez como era de esperar dada la fuerte incertidumbre creada por la guerra en Ucrania, los ritmos de crecimiento de la actividad y de los nuevos pedidos se debilitaron".
"Las empresas informaron que los clientes se muestran más cautelosos y un poco indecisos en su toma de decisiones. De hecho, en medio de las subidas de las facturas de la energía y del combustible, además de los aumentos continuos de los precios de los proveedores en un momento de persistentes dificultades en las cadenas de suministro, los gastos operativos están aumentando a un ritmo sin precedentes. Con el paro del transporte que se suma a los problemas de las empresas, la inflación de los precios cobrados también alcanzó una nueva máxima, ya que las empresas no tuvieron más remedio que proteger en cierto grado sus márgenes de beneficio".
A pesar de este contexto "relativamente sombrío, que perjudicó la confianza general, las empresas aún se enfrentaron a limitaciones en la capacidad y optaron por contratar más personal siempre que les fue posible. De hecho, algunas de las empresas encuestadas mostraron renovadas esperanzas de un mayor crecimiento a corto plazo y señalaron que la disminución de los desafíos relacionados con la pandemia impulsó la actividad durante el mes", conluyen.
SECTOR PRIVADO
Por su parte, el crecimiento económico del sector manufacturero y del sector servicios se ralentizó en marzo. Los problemas de suministro, las presiones de los precios y la incertidumbre creada por la guerra en Ucrania limitaron los incrementos de la producción industrial y de la actividad comercial en el sector servicios. No obstante, el crecimiento en general se mantuvo sólido, encabezado por el sector servicios. Después de tener en cuenta los factores estacionales, el Índice Compuesto de Actividad Total disminuyó de 56,5 registrado en febrero a 53,1 en marzo.
Se observó una tendencia similar para los nuevos pedidos, aunque como las restricciones de los suministros y el impacto de la guerra en Ucrania afectaron más profundamente a los fabricantes, una caída en las ventas de las empresas de producción hizo que el crecimiento general del sector privado fuera solo modesto.
La inflación de los costes se mantuvo elevada, y los aumentos de precios acelerados en ambos sectores contribuyeron al incremento más fuerte jamás registrado de los gastos operativos del sector privado. De manera similar, la inflación de los precios cobrados también alcanzó un nuevo récord.
Por último, la confianza sobre el futuro cayó hasta su nivel más bajo en casi un año y medio, aunque las empresas mantuvieron un grado suficiente de optimismo para contratar más personal y extender la secuencia actual de expansión a doce meses.