Escocia y sus elecciones avivan de nuevo el fantasma de la independencia: "Es un riesgo"

Los expertos creen que hay que vigilar este escenario, aunque lo ven como poco probable

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Bolsamania | 06 may, 2021

Actualizado : 11:35

Las elecciones autonómicas que se celebran este jueves en Escocia se han convertido en un nuevo dolor de cabeza para el primer ministro británico, Boris Johnson. A la pandemia de Covid-19, la crisis económica que ha provocado el virus y el Brexit se une ahora el órdago de los nacionalistas escoceses, que han prometido un nuevo referéndum de independencia si ganan estos comicios. Y todas las encuestas apuntan que el Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) que lidera la ministra principal, Nicola Sturgeon, logrará la mayoría absoluta en el Parlamento de Holyrood.

"Es un riesgo a vigilar", dicen los expertos de Berenberg sobre el fantasma de la independencia de Escocia, que vuelve a sobrevolar con fuerza el panorama político en Reino Unido. "Desde que el país votó a favor de abandonar la UE en junio de 2016 -en contra de la voluntad de los escoceses-, los partidos independentistas han presionado para que se repita el referéndum de 2014. El resultado de las elecciones escocesas podrían poner este riesgo en evidencia", avisan desde la firma alemana.

Sturgeon ha prometido una nueva consulta si obtiene mayoría absoluta en esta cita en las urnas, aunque parece que Johnson y los suyos no están por la labor. La votación electoral se cerrará por la noche, pero debido a los problemas relacionados con la pandemia el recuento de los votos tardará más de lo normal. De hecho, el resultado final podría no conocerse hasta el fin de semana, cuando los mercados están cerrados, aunque los sondeos a pie de urna del jueves por la noche podría desencadenar movimientos "potencialmente significativos" ya el viernes, dice Berenberg.

Los analistas de esta casa creen que los mercados ya "han empezado a reflejar el riesgo potencial de la independencia de Escocia tras las elecciones", como ha ocurrido con la libra esterlina, cuyas recientes subidas frente al dólar y el euro han empezado a revertirse. Sin embargo, inciden, aunque la independencia de Escocia sigue siendo "un riesgo que hay que tomar en serio", la posibilidad de que abandone realmente Reino Unido, incluso en el caso de una mayoría para los nacionalistas, "sigue siendo baja".

Por su parte, los estrategas de Rabobank apuntan que estos comicios "pueden tener un gran impacto en el futuro de Escocia y del Reino Unido, ya que la independencia ha vuelto a ser una prioridad en la agenda". Dependiendo de los resultados, los independentistas pueden argumentar que tienen un nuevo mandato para un segundo referéndum de independencia, y "si Johnson sigue negándose a esta exigencia, podrían adoptar un enfoque más conflictivo".

Sobre todo porque si el primer ministro británico emplea "tácticas más duras para reprimir los sentimientos del 'Scoxit', la brecha entre Escocia e Inglaterra se ampliará", dice el banco holandés. En su opinión, las elecciones regionales escocesas "deben verse enteramente a través de este prisma", sobre todo porque ante un nuevo referéndum los resultados podrían ser muy distintos de los de 2014.

'SÍ' Y 'NO' A LA INDEPENDENCIA, EMPATADOS

En septiembre de ese año los escoceses se pronunciaron sobre si querían independizarse de Reino Unido. El resultado fue de 55% a 45% en contra de la independencia, con una participación del 84,6% de la ciudadanía. Estas cifras coincidieron con los sondeos previos a la votación, que mostraban un apoyo constante, aunque a veces estrecho, al 'No'.

"Esto ha evolucionado desde 2016", explica Rabobank. Los sondeos indican ahora que tanto el 'Sí' como el 'No' están empatados con el 40%, lo que significa que el 20% de los votantes están indecisos, y son ellos los que tienen las claves del futuro del país. "Todavía está todo en juego si se celebra un segundo referéndum de independencia", remarcan estos expertos.

A su juicio, "si el SNP logra la mayoría absoluta, esto reforzaría su afirmación de que la votación es de facto un voto por la independencia", aunque todo depende de Westminster, que es quien tiene la última palabra sobre la celebración o no de un referéndum. Y Johnson ha insistido en varias ocasiones en que él es partidario del "unionismo".

Mientras tanto, dice Rabobank, el efecto en los mercados de momento es limitado. "La libra seguirá ignorando la cuestión de la independencia hasta que de repente ya no pueda ignorarla. Como el primer ministro dice que no permitirá un referéndum, la mayoría de los inversores tienden a descartar el riesgo", apuntan el banco holandés. Sin embargo, recuerda, "esta cuestión no desaparece tan fácilmente" porque el SNP "parece estar ya jugando con la perspectiva de un referéndum 'ilegal' y de hacer que Westminster les lleve a los tribunales". Estos analistas creen que si este escenario se vuelve realmente probable, "la libra tomará nota".

¿ECONOMÍA O IDENTIDAD?

Por último, apunta Rabobank, el argumento económico a favor de la independencia de Escocia "es débil", pero "los conservadores no están en condiciones de exponerlo de forma creíble", en referencia al partido de Johnson. Y es que con los debates sobre el Brexit todavía frescos en la mente de todos, Downing Street "tendrá que realizar una impresionante gimnasia mental para argumentar el caso económico a favor de la unión". En pocas palabras: si Reino Unido está mejor fuera de la Unión Europea, como dice, ¿por qué Escocia estaría peor si abandona Reino Unido?

"Esto es realmente ilógico, por lo que es razonable esperar que el gobierno británico quiera trasladar el debate a cuestiones como la cultura y la identidad, ya que esto también ha funcionado bien con el Brexit", asegura la entidad holandesa. Por el contrario, el SNP se ha rebautizado de forma oportunista como un 'partido eurófilo', haciendo una conexión explícita entre la independencia de Escocia y una relación más estrecha con Europa y sus instituciones, incluso la pertenencia a la Unión Europea.

Aunque "esto es más fácil de decir que de hacer: el hecho es que más del 60% de las exportaciones escocesas van al resto del Reino Unido. Solo el 20% va a la UE y el otro 20%, al resto del mundo. Una reorientación de estas relaciones económicas tendrá importantes ramificaciones para la economía escocesa", concluye.

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