"Erdogan ganará y continuarán las políticas intervencionistas, sin subidas de tipos"

El próximo 28 de mayo se celebra la espera segunda vuelta de las elecciones de Turquía

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Bolsamania | 19 may, 2023

Actualizado : 11:59

28 de mayo. Ese domingo se celebran las elecciones autonómicas y municipales en España, pero les aseguramos que los mercados financieros van a estar mucho más pendientes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Turquía que también acontece ese día. Se enfrentarán el actual presidente, Recep Tayyip Erdogan, y el líder de la oposición, Kemal Kilicdaroglu, y el primero parte con ventaja tras obtener más votos en la primera vuelta.

Erdogan logró el 49,5% del total de los apoyos, justo por debajo del umbral del 50% necesario para ganar directamente, mientras que Kilicdaroglu quedó en segundo lugar con el 45% de los votos.

El mercado ha recibido con cierto 'pesar' el posible triunfo de Erdogan, lo que se ha reflejado en las caídas en la bolsa turca y en la lira. También han descendido los títulos de compañías con exposición al país, como es el caso de BBVA, con presencia en Turquía a través de su banco Garanti.

"Esperamos que la lira siga bajo presión bajista dados los extremos desequilibrios"

Para los economistas de Oxford Economics, el triunfo de Erdogan en el segundo encuentro con las urnas es prácticamente un hecho -"los resultados de la primera vuelta refuerzan nuestra opinión de que será reelegido"-, lo que implicará la continuación de "las políticas expansionistas e intervencionistas, con subidas mínimas o nulas subidas de los tipos de interés".

Erdogan ha sido criticado por su intervencionismo y su tendencia a dictar al banco central turco lo que debe hacer, proponiendo recortes de tipos y provocando desplomes en la lira. Incluso ha llegado a destituir al gobernador del banco central por llevar a cabo una subida de tipos de interés. De hecho, algunos analistas anticipan que, si finalmente gana Kilicdaroglu, esto se traducirá en un aumento significativo de los tipos de interés, lo que, por otro lado, no bastaría para corregir todos los desequilibrios económicos del país.

Desde Oxford Economics reconocen que las elecciones han aumentado la incertidumbre en los mercados.

"Esperamos que la lira siga bajo presión bajista dados los extremos desequilibrios exteriores y las medidas de racionamiento de dólares estadounidenses, pero vemos riesgo alcista si se producen cambios drásticos en las políticas. En general, esperamos que Erdogan gane la segunda vuelta de las elecciones y que la economía turca crezca un 1,2% este año", concluyen estos economistas.

"NO EXISTE UNA VARITA MÁGICA"

Lo que tienen claro los economistas es que la complicada situación de Turquía no se va a arreglar 'por arte de magia', tampoco con un gobierno nuevo.

"La economía turca ha sufrido una política económica poco ortodoxa, con la inflación alcanzando un máximo del 85% en noviembre de 2022, después de que el banco central flexibilizara los tipos en 500 puntos básicos. Independientemente de los resultados finales de las elecciones, Turquía se enfrenta a una importante volatilidad a corto plazo, tanto si mantiene el statu quo heterodoxo como si prosigue la accidentada transición hacia una mayor normalidad convencional", reconoce Mohammed Elmi, gestor de fondos de deuda emergente en Federated Hermes.

"Aunque Erdogan sea finalmente reelegido, se encontrará en una posición política más débil"

Gilles Moëc, economista jefe en AXA Investment Managers, cree igualmente que los restos macroeconómicos a los que se enfrenta Turquía son "enormes, y no existe una varita mágica".

"La oposición se ha comprometido a dejar que el banco central opere libremente. También es bastante probable que incluso otra administración dirigida por Erdogan tenga que hacerlo en última instancia. Esto sería coherente con una subida muy significativa de los tipos de interés oficiales, que podría tranquilizar a los inversores extranjeros que han desertado del mercado de bonos turco", comenta Moëc. Sin embargo, asume que eliminar el marco de represión financiera podría ser "muy doloroso transitoriamente: tras la 'liraficación' forzada de la economía turca, el apetito local por las divisas es probablemente masivo. Una 'redolarización' desencadenaría una mayor depreciación de la moneda, con una inflación importada que perjudicaría la estabilización de precios y que buscaría el endurecimiento del banco central".

Añade Moëc que, aunque Erdogan sea finalmente reelegido, se encontrará en una posición política más débil y con menos capacidad para hacer frente a las posibles consecuencias sociales de un cambio en la orientación política. "Si gana la oposición, su naturaleza heterogénea puede dificultar igualmente el necesario cambio de política. Salir de las políticas heterodoxas no será un paseo por el parque”, advierte este experto.

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