El sector manufacturero español mejora en agosto, pero sigue en leve contracción
Según S&P Global, el PMI registró 49,9 el mes pasado
Actualizado : 09:35
El Índice PMI del Sector Manufacturero Español de S&P Global registró 49,9 en agosto, frente a 48,7 de julio, lo que indica que se mantiene en una leve contracción y apunta a un estancamiento generalizado de las condiciones operativas en agosto.
La última lectura, que se situó muy cerca del nivel de ausencia de cambios de 50,0, apenas indicó cambios en las condiciones operativas en comparación con el mes anterior. La producción aumentó muy levemente, pero las carteras de nuevos pedidos volvieron a disminuir y se registraron pérdidas de puestos de trabajo por segundo mes consecutivo. La confianza en el futuro se mantuvo moderada, a pesar de haber mejorado un poco desde julio. Con respecto a los precios, el alto coste de la energía continuó repercutiendo en los precios de toda una gama de otros insumos, aunque se mantuvieron las recientes tendencias a la baja de la inflación de los precios pagados y de los precios cobrados.
Se informó que el aumento de la capacidad de producción a través del despliegue de nuevos equipos de capital fue un factor que permitió a algunas empresas impulsar la actividad industrial en agosto, y se observó que la producción volvió a registrar una leve expansión.
No obstante, la producción se vio limitada debido a una nueva caída de los nuevos pedidos, la quinta en los últimos seis meses. Algunas de las empresas encuestadas comentaron que la alta inflación continuó erosionando el poder de fijación de precios de los clientes y que la demanda tanto nacional como internacional disminuyó (este último factor fue destacado por otra marcada reducción de los nuevos pedidos de exportación).
Puesto que la producción aumentó levemente, pero los nuevos pedidos cayeron de nuevo, las existencias de productos terminados aumentaron modestamente por primera vez en tres meses. Las empresas también informaron que los inventarios de insumos aumentaron tras registrar una leve caída en julio, a pesar de que la actividad de compras se redujo al ritmo más rápido en más de dos años.
Una perspectiva de ventas relativamente moderada también tuvo un impacto negativo en el empleo en agosto. Aunque repuntó de manera bastante notable desde julio, la confianza empresarial se mantuvo históricamente moderada en medio de la preocupación constante sobre el impacto adverso que la alta inflación y la guerra en Ucrania tendrán en la actividad económica.
“Aunque el estancamiento generalizado del sector manufacturero español representó una mejora relativa con respecto a la contracción registrada en julio, la última encuesta volvió a señalar un mes desafiante para las empresas en agosto", comenta Paul Smith, Economics Director de S&P Global Market Intelligence. "Los nuevos pedidos volvieron a disminuir notablemente, y las empresas destacaron que la alta inflación está erosionando el poder adquisitivo de los clientes y está repercutiendo en los costes de una gran cantidad de insumos. Aunque el hecho de que la inflación de los precios pagados y de los precios cobrados permanezca en trayectoria descendente trae cierto alivio, el grado en que los precios están aumentando sigue siendo extremadamente elevado", agrega.
"La inflación y la guerra en Ucrania están provocando inestabilidades en el mercado que a su vez generan una perspectiva extremadamente incierta. La confianza inevitablemente sigue siendo moderada y de nuevo se registraron pérdidas de empleo en agosto”, agrega el experto.
La presión en los precios se mantuvo elevada en agosto, y las empresas señalaron que el alto coste de la energía les estaba afectando no solo directamente, sino también a través del aumento de precio de una gama de insumos de los proveedores. No obstante, la tasa de inflación mantuvo su reciente tendencia a la baja, cayendo al nivel más bajo desde enero de 2021 y ayudando a explicar una desaceleración similar en la inflación de los precios cobrados (que fue la más débil en un año).
La atenuación del aumento de los precios se vinculó en parte a una menor incidencia de retrasos de los suministros. Aunque los plazos de entrega se alargaron de nuevo en agosto, el grado de deterioro fue el más bajo registrado por la encuesta en dos años.