El gasto en pensiones mantiene su crecimiento al 3% sin pacto en la Comisión de Toledo para frenarlo

Los datos sobre pensiones extienden su sangría. Un mes más, certifican el crecimiento continuado a un ritmo del 3%, pese a que los pensionistas siguen perdiendo poder adquisitivo. El desembolso de la Seguridad Social el pasado 1 de agosto alcanzó los 8.790,6 millones de euros, lo que implica un crecimiento de 20 millones de euros respecto al mes anterior y de más de 250 millones de euros respecto al mes anterior.

De esta forma, la nómina de las pensiones volvió a incrementarse al 3%, con lo que acumula 16 meses con un crecimiento superior a este umbral en la comparativa anual, según los datos publicados este jueves el Ministerio de Empleo y Competitividad. El aumento, nuevamente se produce por la incorporación de más jubilados y porque tienen derecho a pensiones más altas que las vigentes, ya que la cuantía que cobran los pensionistas está casi congelada. Esto es, aumenta respecto al año anterior un 0,25% frente a niveles superiores al 1,5% de inflación, lo que supone una pérdida de poder adquisitivo que los expertos coinciden en que se prolongará durante los próximos años -y décadas- si no hay un cambio en el sistema.

El conjunto del Sistema público alcanza las 9.532.495 pensiones contributivas, lo que supone un 1,11% más respecto al año anterior. La pensión media se situó en los 922,17 euros tras un aumento interanual del 1,86%. Este número crece por el mayor peso de las pensiones por jubilación, que aumentan un 218.000 en 12 meses hasta alcanzar el 60% del total, con 5,8 millones de pensiones.

El importe medio de las pensiones por jubilación se elevó un 1,97% en comparación con el ejercicio anterior hasta los 1.065,5 euros. La incorporación de nuevos jubilados al sistema explica este dato frente a la revalorización de la nómina del 0,25%: las pensiones más altas se sitúan, de media, entre los 60 y 74 años. Es decir, los jubilados que llevan menos tiempo en el sistema. Los pensionistas de entre 60 y 64 años cobran, en promedio, 1.179 euros; entre 65 y 69 años, 1.160 euros; y entre los 70 y los 74, 1.028 euros. Son los únicos tramos de edad en los que la pensión media sobrepasa los 1.000 euros.

Frente a estos números, la pensión media del sistema aumentó un 1,86% hasta los 922.17 euros. Mientras que el número de pensiones contributivas creció en un 1,11%. Las pensiones por viudedad se situaron en 2.361.830; las de incapacidad permanente, en 949.302; las de orfandad, en 342.219; y las de favor de familiares, en 40.915.

ESPERANDO UNA REFORMA

El sistema público de pensiones se enfrenta a problemas de sostenibilidad y de suficiencia. En el primer caso, porque las necesidades de financiación adicionales o, lo que es lo mismo, el déficit de la Seguridad Social, ascenderá a 67.000 millones de euros entre 2018 y 2022, según las propias estimaciones del Gobierno. Ya este año, el Tesoro ha puesto a disposición de la Seguridad Social un préstamo de 10.192 millones de euros que el organismo dependiente del Ministerio de Fátima Báñez compaginará con el vaciamiento del Fondo de Reserva. Paralelamente, los pensionistas perderán poder adquisitivo con una revalorización del 0,25% anual frente al retorno de la inflación.

Pero esta situación no ha sido suficiente para que la Comisión del Pacto de Toledo, que tiene el mandato de emitir recomendaciones para una reforma consensuada por el Congreso, alcance algún tipo de acuerdo. El objetivo inicial, cuando volvieron al trabajo en noviembre con el inicio de la Legislatura, era publicar su dictamen en mayo. Esto no sucedió, y la comisión llegó al mes de agosto sin ningún tipo de conclusión. En septiembre volverá al trabajo con las posiciones del PP y del PSOE, liderado ahora por Pedro Sánchez, enfrentadas. Apenas se atisba un pacto de mínimos para aligerar la carga de la Seguridad Social con la financiación de sus gastos corrientes y las pensiones de viudedad y orfandad mediante Presupuestos.