Draghi (BCE) avisa: la recuperación de la Eurozona aún "no justifica" un cambio de la política monetaria
El presidente del Banco Central Europeo (BCE) considera que tanto el crecimiento como la inflación se han fortalecido
- Avisa de que la mitad del crecimiento experimentado por la economía se achaca a la política del organismo
- Defiende la necesidad de continuar con el programa de compras, pese a que Weidmann (Bundesbank) vio cerca su final
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Actualizado : 16:09
La economía de la Eurozona está progresando. Pero aún no es suficiente para empezar a hablar de un cambio de política monetaria. Esta es la principal conclusión que se extrae del discurso de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), este jueves en Fráncfort. El economista italiano advierte de que la dinámica al alza de la inflación depende de las medidas extraordinarias de la institución, que además explican la mitad del crecimiento experimentado por la Zona Euro.
El presidente del BCE ha vuelto a defender la política de la autoridad monetaria, ya que su política "está trabajando y ha sido un factor clave detrás de la capacidad de la recuperación de la economía de la Eurozona durante los últimos años". Asimismo, añade, los riesgos "siguen inclinándose a la baja". No obstante, advierte de que la política monetaria es fundamental en la dinámica al alza de la inflación y desde Fráncfort "se estima que la mitad del crecimiento del PIB adicional lograda durante la recuperación actual ha sido atribuida a nuestra política, con una aportación también de los precios del petróleo", agrega en su discurso.
Draghi recuerda además que la política fiscal ha dejado de ser un viento en contra para ser de cola, mientras que "por primera vez desde la creación del euro" aumenta el gasto de los Estados a la vez que se reduce el endeudamiento general. De hecho, el banquero italiano considera que la política monetaria ha contribuido a esta situación al relajar las condiciones de financiación, mientras que ha provocado "una notable convergencia en los costes de endeudamiento a través de los diferentes países de la Zona Euro".
No hemos visto evidencia suficiente para alterar nuestra evaluación de las perspectivas de inflación, que condiciona en un grado sustancial la acomodación monetaria
Pero aún no es necesario que el avance sea mayor. "No hemos visto evidencia suficiente para alterar nuestra evaluación de las perspectivas de inflación, que condiciona en un grado sustancial la acomodación monetaria. Por lo tanto, una nueva evaluación de la actual orientación de la política monetaria no se justifica en esta etapa", señala Draghi, que defiende por lo tanto que el BCE continúe con la política de tipos de referencia al 0%, los de facilidad de depósito en el -0,4%, y el programa de compras de activos de hasta 60.000 millones de euros mensuales hasta diciembre "o más allá, si es necesario".
REQUISITOS AÚN NO ALCANZADOS
"Antes de realizar cualquier modificación en los componentes de la política monetaria todavía tenemos que construir la confianza suficiente de que la inflación convergerá a nuestro objetivo a medio plazo -cerca, pero por debajo, del 2%- y que permanecerá allí incluso aunque se reduzca el apoyo de la política monetaria", insiste Draghi. El presidente del BCE cree que hay cuatro factores para que esto sea posible: que el camino de la inflación hacia el 2%, pero por debajo, sea significativo; que la inflación se estabilice en estos niveles "con suficiente confianza"; que la inflación esté sostenida por la economía sin necesidad de los estímulos monetarios; y que la métrica relevante será la de la Eurozona y "no las tasas de inflación de un país en particular".
Precisamente desde un país en particular, como es Alemania, Draghi ha recibido presión en los últimos dos años con las medidas extraordinarias del BCE. Especialmente en los últimos meses cuando el retorno de la inflación, alimentado por el repunte del petróleo, ha provocado una represión financiera sin precedentes. Es decir, con los tipos reales (descontando la inflación) en terreno negativo. Este miércoles el presidente del Bundesbank y miembro del Consejo de Gobierno del BCE, Jens Weidmann, aseguró en una entrevista con el diario germano Die Zeit que ve cerca el fin de la compra de bonos, que ha llevado a disparar el balance del banco central hasta los 4 billones de euros por primera vez en su historia. "Se acerca la hora de no dejar el pie en el acelerador, sino de levantarlo suavemente", expresó.
Sin embargo, aunque esto suceda y pronto se inicie el 'tapering, como se conoce al proceso para finalizar un QE, los tipos seguirán en niveles cercanos al 0%. Es decir, la política del dinero gratis permanecerá más tiempo, según anticipa el miembro del Consejo de Gobierno del BCE Peter Praet, que también en Fráncfort ha considerado que "los tipos actuales seguirán un periodo de tiempo prolongado después de finalizar la compra de activos".
LAS ACTAS DEL BCE
El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) consideró en la reunión de marzo que era necesaria una política monetaria muy expansiva en la zona del euro para que suba la inflación. Así se desprende de las actas de la reunión, que el BCE ha publicado y en las que dice que consideraron "prematuro" hablar de cuándo se van a producir cambios en los tipos de interés por la incertidumbre sobre las perspectivas económicas y la inflación.
Las actas añaden que hubo "un amplio acuerdo respecto a mantener la política de comunicación de la postura de la política monetaria y de su guía sobre la actuación en el futuro". En las últimas semanas varios miembros del consejo de gobierno han mostrado en entrevistas posturas diferentes sobre los estímulos monetarios y los tipos de interés, que han llevado a pensar que el BCE podría comenzar a subir las tasas de interés antes de lo que se esperaba.
El BCE dice en las actas "que el sentimiento general fue que no se puede confiar todavía suficientemente que la inflación convergerá a niveles consistentes con el objetivo del consejo de gobierno de una forma duradera y sostenida". La entidad tiene como objetivo una tasa de inflación cercana pero siempre por debajo del 2 %.
El consejo de gobierno considera que la inflación subyacente, que descuenta los elementos más volátiles como la energía y los alimentos, no indica un "repunte convincente", especialmente porque el crecimiento de los salarios es tenue.