Doble rasero del fondo soberano de Noruega al desvincularse del petróleo

El gobierno noruego quiere apostar por las energías renovables

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Bolsamania | 16 jun, 2019

Actualizado : 09:10

El Gobierno de Noruega ha recomendado esta semana al fondo soberano del país no invertir en empresas dedicadas a la exploración y producción de hidrocarburos para reducir la exposición al mercado del petróleo. Pretenden centrarse en energías renovables, a la vez que han duplicado su capital en la celulosa Ence, acusada de alta contaminación en Pontevedra.

En la actualidad, el Fondo Global de Pensiones del Gobierno de Noruega, el mayor fondo soberano con un capital de 8,93 billones de coronas noruegas (913.838 millones de euros), gestionado por el estatal Norges Bank Investment Management, tiene invertidos en torno a 32.000 millones de euros en grupos petroleros, principalmente en Shell, BP, Total, Exxon e incluso en el español Repsol, del que controla un 1,5% del capital.

El fondo nórdico ha recibido, además, el mandato de retirarse de empresas carboníferas, entre las que se incluyen RWE y Glencore, que dejarán su cartera de inversiones en función de los nuevos criterios de 'exclusión ética' del organismo estatal.

"El objetivo es reducir la vulnerabilidad de nuestro bienestar común a un descenso permanente de los precios del petróleo", defendió el pasado mes de marzo la ministra de Finanzas de Noruega, Siv Jensen, subrayando que resulta más adecuado para este fin "vender empresas que exploran y producen petróleo y gas" que desprenderse de un sector energético diversificado.

Pero algo no cuadra en esta ecuación y es que, por un lado quieren apostar por las energías renovables pero, por otro lado, hacen nuevas inversiones en la celulosa Ence. De este modo, Norges Bank ha duplicado el porcentaje del capital de Ence Energía que presta a inversores bajistas a cambio de cobrar una comisión.

Los especuladores que piden prestados estos títulos intentan aprovechar el desplome bursátil de la papelera por las malas previsiones para su planta de Pontevedra, acusada de alta contaminación.

Según se desprende de los últimos datos proporcionados por el fondo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), con fecha 3 de junio, mantiene en préstamo el 2,01% del capital de Ence, un paquete de 4.950.977 títulos.

EL COMPROMISO HISTÓRICO DE UN PAÍS PETROLERO

Hasta el momento, Noruega basa su economía en la producción y exportación de petróleo y gas. Por eso, el compromiso alcanzado por su fondo estatal de desinvertir en compañías de combustibles fósiles se ha calificado como 'histórico'.

Además de buscar la diversificación ante la permanente caída del precio del petróleo, deja en evidencia que el dinero inteligente está en las energías renovables.

Por otro lado, cabe recordar que el Fondo de Pensiones Global del Gobierno noruego fue creado en 1990 como depósito de los beneficios obtenidos por la explotación del petróleo y el gas. Su poderío inversor le ha posicionado como el mayor fondo soberano mundial, por delante incluso de los de los países árabes, y uno de los principales inversores del planeta.

Sus activos superan los 921.000 millones de euros, con casi un 70% en renta variable, el máximo que tiene permitido legalmente. En el primer trimestre de este año obtuvo un beneficio cercano a los 75.500 millones de euros.

APUESTA POR LAS RENOVABLES

Según el informe encargado por el Ministerio de Finanzas noruego, el valor del mercado mundial de infraestructuras de energía renovable crecerá casi un 50%, de 2.900 millones de dólares en 2017 a 4.200 en 2030, impulsado principalmente por las nuevas adiciones de capacidad de energía solar y eólica.

El objetivo del fondo es blindar una reserva de dinero que garantice las pensiones y el Estado de bienestar del país cuando el combustible fósil se agote y deje de nutrir las arcas estatales.

Al margen de la nueva limitación legal, más justificada por razones económicas que éticas, hace años que el fondo excluye a empresas relacionadas con la fabricación de armas, que incumplen los derechos laborales o contaminan.

Para ello cuenta con un comité ético que vigila las más de 9.000 firmas de las que tienen acciones y lleva a cabo investigaciones independientes si tiene dudas sobre alguna de ellas.

En España sus inversiones alcanzan a 85 compañías, muchas de ellas cotizadas del Ibex 35, por un valor de más de 9.500 millones de euros, sin contar con lo que tienen en deuda pública y otras inversiones a renta fija.

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