Crisis política, ¿crisis bancaria? Los nervios llegan al bolsillo de los catalanes

La caja de Pandora que la banca catalana se esfuerza por mantener bien cerrada ha acabado por tener filtraciones ante la crisis institucional sin precedentes que se vive en la comunidad. La rumorología sobre fugas de depósitos, mayor retirada de efectivo de los cajeros y traslados de sede de CaixaBank o Banco Sabadell, que ha acompañado todos los episodios del desafío soberanista, vuelve a dominar el ánimo en las entidades bancarias, ante el empecinamiento del president de la Generalitat, Carles Puigdemont, en declarar la independencia unilateralmente.

La Pandora de esta historia es CaixaBank. Aunque los males financieros que podrían acabar por asolar la región todavía no campan a sus anchas, el comunicado interno en el que Jordi Gual deja patente su determinación para tomar “las decisiones que hayan de tomarse” ante la amenaza de divorcio entre Cataluña y España ha disparado todo tipo de especulaciones, especialmente sobre una mudanza en ciernes, que fuentes de la entidad se esfuerzan en negar a 'Bolsamanía'.

La prioridad de CaixaBank “es proteger los intereses de sus clientes, accionistas y empleados, garantizando la seguridad de los depósitos”, asegura Gual en el texto. Pero es precisamente la estabilidad de los fondos lo que levanta más preocupación ante la deriva institucional en Cataluña y la incertidumbre ya está dejando notar sus garras. Desde el cierre del viernes, los bancos catalanes se dejan más de un 7,5%, CaixaBank, y casi un 10%, Banco Sabadell. El resto de entidades del sector bancario ceden más de un 4% este miércoles y arrastran al Ibex35 por debajo de los 10.000 puntos, su mayor descalabro desde el Brexit. El selectivo pierde un 4% desde la sesión del 29 de septiembre.

El comportamiento en bolsa es un reflejo de que todo esfuerzo por evitar el pánico llega con retraso, más ante la información de fuentes bancarias que aseguran a 'Bolsamanía' que las fugas de depósitos son una amarga realidad con la que tienen que lidiar los bancos catalanes desde hace algunas semanas. En CaixaBank se muestran muy molestos con estos comentarios y piden no dar pábulo a este tipo de rumores. “Nos debemos a nuestros clientes", insisten y aseguran a 'Bolsamanía' que “se trabaja igual que siempre”.

“No hemos detectado movimientos significativos de depósitos y no tenemos datos al respecto”, insisten en CaixaBank y Banco Sabadell

El mismo mensaje de normalidad se afanan en transmitir desde Banco Sabadell. La entidad presidida por Josep Oliu relata a este medio que “no están notando salidas significativas de fondos”. Desde el banco con sede en el Vallés occidental aseguran que tampoco se están registrando movimientos intrapeninsulares, salvo en algún caso puntual. Durante episodios anteriores del conflicto soberanista sí se observó un paulatino y generalizado traslado de cuentas a otras comunidades, como por ejemplo Aragón, que afectó en general a todas las entidades. Ocurrió especialmente antes de las elecciones autonómicas del 27 de septiembre de 2015 y con mayor incidencia en bancos cuya sede no está en el territorio catalán, pero tanto desde CaixaBank como desde el Banco Sabadell niegan que ahora se produzcan operaciones de este tipo.“No hemos detectado nada en este sentido y no tenemos datos al respecto”, subrayan. En definitiva, llaman a la calma para no despertar la psicosis entre los ahorradores catalanes.

Según informa 'Efe', el Banco de España también se ha puesto manos a la obra para verificar si habían comenzado a producirse salidas de depósitos tras el referéndum del domingo y para ello ha llevado a cabo una ronda de contactos con las entidades financieras españolas esta semana. Según una fuente del banco central, esta consulta responde a "la rutina de supervisión habitual del regulador monetario". "De momento, no se ha visto nada fuera de lugar", ha dicho la fuente consultada por al agencia de noticias.

MÁS RETIRADAS DE EFECTIVO

Por otro lado, está la cuestión de las retiradas de dinero en ventanillas y cajeros. Desde ambas entidades vuelven a ceñirse al mismo mensaje de tranquilidad y aseguran no haber percibido cambios de especial relevancia. Sin embargo, fuentes del sector, que han preferido permanecer en el anonimato, cuentan a este medio que la consigna interna que se transmite en algunas instituciones bancarias es recargar constantemente los cajeros automáticos para que los clientes encuentren siempre efectivo. El objetivo es prevenir una posible situación de pánico, aunque confiesan que han notado un aumento de los reintegros, tanto en frecuencia como en volumen, en los últimos días.

Un esfuerzo gigantesco desde las fuentes institucionales del sector para poner el énfasis en una 'normalidad anómala'. El domingo del referéndum, en algunas poblaciones de la provincia de Barcelona había que recorrer más de dos cajeros para encontrar efectivo. Situación que no se quiso repetir el martes, durante la jornada de "paro general" convocado por entidades soberanistas y sindicatos. Eran los propios empleados de algunas entidades quienes patrullaban las oficinas para recargar y asegurar el efectivo, según narran a este medio.

La consigna interna en algunas entidades es recargar constantemente los cajeros automáticos para que los clientes encuentren siempre efectivo

El BdE, por su parte, señala que “todos los procedimientos y la logística de abastecimiento de billete y moneda están dentro de lo normal y se están siguiendo los movimientos habituales”. Asimismo, fuentes del organismo gobernado por Luis María Linde recuerdan a 'Bolsamanía' que el suministro de efectivo se hace siempre a petición de las entidades y que, por ahora, sigue los parámetros acostumbrados.

'CORRALITO' SOLO EN UN CASO EXTREMO

Este relato está en línea con los mensajes emitidos por Oliu y Gual, tras el 1-O, sobre los pasos que podrían emprender Banco Sabadell y CaixaBank. "Se hará lo que se tenga que hacer", también para evitar cualquier situación que pueda arrojar el más mínimo atisbo de duda sobre la liquidez de las entidades. En la región hay 180.609 millones de euros en depósitos, según datos del BdE, y el escenario más temido es el de un 'corralito financiero' que el Govern catalán podría decretar para prevenir las salidas masivas de capitales.

Fue el mismo Linde quien en 2015, antes de las elecciones autonómicas, advirtió de ese “riesgo”, aunque más tarde el regulador rectificó y lo califico de “altamente improbable”. De desembocar en esta situación, sería el tercer caso registrado en Europa en los últimos cuatro años después de Chipre, que sufrió controles en marzo de 2013, y Grecia, donde estos se impusieron a finales de junio de 2015. En ambos países las oficinas permanecieron cerradas, se limitaron las retiradas de efectivo y los fondos fueron bloqueados durante pocos días, pero el abandono de la Eurozona de una región de uno de sus miembros es un escenario inédito que acercaría a Cataluña a los 'corralitos' de los países latinoamericanos.

El Banco Central Europeo (BCE) se mantiene por ahora vigilante ante el desarrollo de los acontecimientos. El día después del referéndum ilegal contactó con los bancos españoles para interesarse por el posible impacto. Por ahora, no obstante, no ha pedido ningún seguimiento especial de la liquidez, como sí hizo en el caso del Banco Popular.

Los expertos consultados también quitan hierro a las especulaciones. Alberto Muñoz Cabanes, profesor de la UNED, recuerda a 'Bolsamanía' que el del 'corralito' es un tema “que siempre suena” cuando se producen crisis de este tipo. No niega, sin embargo, que sí se produzca el traslado de los bancos catalanes, aunque considera que es una medida que se tomará “in extremis”.

En la región hay 180.609 millones de euros en depósitos y el escenario más temido es el de un 'corralito financiero'

QUÉ PASA CON LOS CAMBIOS DE SEDE

Según Muñoz Cabanes ambos bancos “harán las maletas” si Cataluña se independiza de España y queda fuera de la Unión Monetaria Europea -y por ende del sistema de liquidez del Banco Central Europeo (BCE)- y del club de los ‘todavía veintiocho’. Una eventualidad que las más importantes firmas de análisis y bancos de inversión todavía descartan de sus previsiones, aunque con la boca cada vez más pequeña. Por ejemplo, apunta HSBC que la posible desviculación de Cataluña con Europa provocará que el sector empresarial catalán presione para que se produzca el diálogo entre el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, y Puigdemont. Sin embargo, hay compañías que han puesto la directa y ya se han despedido de sus sedes sociales catalanas como Oryzon, esta misma semana, o Naturhouse a inicios de agosto.

De hecho, CaixaBank lleva tiempo preparándose para ello. La entidad se procuró una vía de escape hace más de tres años. Fue en 2014, antes de la consulta soberanista que el expresident de la Generalitat, Artur Mas, convocó el 9 de noviembre, cuando ya aseguró estar preparada para una eventual ruptura institucional. A finales de abril de ese año, y bajo la presidencia de Isidre Fainé, modificó sus estatutos en los que se definió formalmente a "todo el Estado" como el ámbito territorial de sus actuaciones. Eso sí, sin renunciar a una "especial dedicación a Cataluña". Además, dejó de garantizarse que "en cualquier caso" su sede social vaya a estar siempre en Barcelona.

En ese momento se aprovechó el cambio jurídico de la institución de caja de ahorros a entidad bancaria, pero a nadie escapó, en el contexto de máxima tensión en Cataluña antes del 9N, que, después de 110 años de historia, CaixaBank renunció a que fuera el territorio catalán quien guiara sus actuaciones. El choque de trenes de ese momento propició el giro de timón y la terrible colisión de este 2017 podría acabar materializando el cambio.

Fuentes de Banco Sabadell, por su parte, repiten al pie de la letra las declaraciones de Oliu e insisten en que la entidad “tomará las medidas que tenga que tomar”. En cuanto a la patronal de la banca, por ahora prefiere guardar silencio ante estas cuestiones. No fue así en 2015. Antes de las elecciones autonómicas del 27S, suscribió un comunicado conjunto del que se desmarcó Caixa d'Enginyers y Triodos, por ejemplo, en el que advertían con "reconsiderar su implantación" en Cataluña si se producía la independencia. La votación, a la que se quiso imprimir carácter de plebiscito, provocó que la Confederación Española de Cajas de Ahorros (Ceca) y la Asociación Española de Banca (AEB) hicieran una llamada conjunta "a preservar el orden constitucional y la pertenencia a la zona euro del conjunto de España".