El Consejo de Economistas alerta del riesgo del fin de los estímulos del BCE
La política ultra-flexible del banco central "es el único viento de cola que aún impulsa la economía española", señalan
Actualizado : 09:14
En un contexto de menor dinamismo internacional, pérdida de apetito inversor en la Eurozona y tensiones comerciales, el único viento de cola que aún sopla a favor del crecimiento en España es la política ultra-flexible del Banco Central Europeo (BCE), según el Consejo General de Economistas (CGE). Pero el fin de los estímulos y la gradual normalización de los tipos de interés está cerca y sus efectos “se cebarán en la economía en cuando empiecen las alzas de tasas entre septiembre y diciembre de 2019”, avisa Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del organismo.
Durante la presentación de su Observatorio Financiero “Informe septiembre 2018”, Pedraza ha confiado en que "posiblemente siga manteniéndose la postura laxa" del BCE hasta bien entrado el año que viene. No obstante, ha advertido de que el fin del mandato del presidente Mario Draghi podría ir seguido de un perfil "del grupo ahorrador", menos beneficioso para los países periféricos como España.
En un contexto de pérdida de dinamismo en el crecimiento económico internacional para el 2018 y 2019, tanto en las naciones avanzadas como emergentes, “la economía española sigue la misma tónica de desaceleración”, señala el Observatorio de la entidad. Las principales causas son, entre otras, “la ralentización de las exportaciones y del consumo –muy afectado por la pérdida de poder adquisitivo por el incremento de la inflación–, y la atonía de los salarios, unidas al bajo nivel de ahorro de las familias, que está en cifras mínimas de la serie histórica”. Con todo, mantienen sus previsiones para el PIB en el 2,5%, el 2018, y del 2,3% para el 2019.
"Posiblemente siga manteniéndose la postura laxa" del BCE hasta bien entrado el año que viene
En este contexto, Pedraza subraya su preocupación sobre el impacto de la retirada gradual de los estímulos, que el banco central iniciará con el fin de las compras de activos a finales del mes de diciembre. Y aunque mantendrá el precio del dinero sin cambios hasta la mitad del próximo año, siempre que siga contenida la inflación, hace hincapié en los “efectos adversos del fin de la política de tipos cero en nuestra economía”.
PRIMERAS SEÑALES DE CAMBIO DE TENDENCIA
La más inmediata de estas repercusiones, según recoge el Observatorio se nota en el Euribor. Dentro del contexto de estabilidad y mantenimiento de la política monetaria por parte del BCE, en el mercado interbancario de la Eurozona han comenzado a percibirse las primeras señales de un cambio de tendencia especialmente “a través de ligeros repuntes, acorde a las expectativas de una próxima reorientación de la expansión cuantitativa”.
De este modo, el Euribor a 1 año, principal índice de referencia de los préstamos hipotecarios, repuntó en agosto hasta el -0,169 % (desde el -0,180 % del mes anterior y el -0,188% del pasado trimestre), mostrando un muy leve, pero significativo ascenso también en los plazos más cortos e incluso en el Eonia.
¿ITALIA APLAZARÁ LOS PLANES DEL BCE?
Otros expertos ponen en cuarentena los planes actuales del banco central y los supeditan a la crisis italiana. La pugna entre Roma y Bruselas por los objetivos del déficit y las insinuaciones de la Liga Norte de que el país estaría mejor con una moneda propia han tensado los nervios de los mercados y se ha visto escalar la prima de riesgo del país transalpino a máximos de cinco años.
“Esta historia no ha hecho más que comenzar y entendemos que se convertirá en un quebradero de cabeza para la Zona Euro en los próximos meses, lo que, sin duda, pasará factura a los mercados de valores y bonos de la región”, señalan los expertos de Link Securities. “No sabemos hasta qué punto esta “crisis” puede hacer cambiar los planes del BCE a la hora de retirar sus estímulos, pero si estamos seguros que lo analizarán en detalle”, concluyen.
Una prolongación de los estímulos en un entorno de menor optimismo generado por la pérdida de impulso del comercio internacional, motivado por el incremento del precio del petróleo y la imposición de aranceles por parte de USA a determinados países, reduciría los riesgos para España.