La CNMC apuesta por mercados "eficientes" y "competitivos" para frenar la inflación
La falta de estos atributos puede disminuir un 20% la riqueza, estima el organismo
Las medidas a favor de mercados eficientes y competitivos pueden impulsar el crecimiento y contrarrestar posibles pérdidas de poder adquisitivo, en beneficio de toda la ciudadanía, incluyendo particularmente a los colectivos de menor renta y más vulnerables.
Esta es la principal conclusión del documento 'Competencia frente a la inflación', publicado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En esta guía se muestra que al impulsar productos más baratos, mayor variedad y capacidad de elección y mayor calidad se puede ayudar a combatir las alzas de precios.
En esta línea, el papel de los organismos de competencia es esencial ya que contribuyen a la moderación del nivel de precios gracias al fomento de una oferta más extensa, una producción más eficiente y mayores incentivos para las empresas a bajar sus precios, fruto de la presión competitiva.
"Esto puede minorar las presiones inflacionistas, lo que facilitaría la labor de estabilización de los precios que tienen las autoridades monetarias", explica la CNMC.
MENOR IMPACTO DE LOS SHOCKS EXTERNOS
Del mismo modo, una economía más flexible, competitiva y eficiente podrá tener mayor capacidad de adaptación ante cambios de las circunstancias, minimizando el impacto de shocks externos sobre la estabilidad de precios y la actividad económica.
Los procesos de formación de precios en economías eficientes y con alto nivel de competencia también tendrán un mejor funcionamiento que facilite una menor persistencia de la inflación.
"La competencia y la regulación eficiente tienen una alta capacidad de crear riqueza gracias a que incentivan el esfuerzo, la innovación, la competitividad internacional, la eficiencia y la productividad", subraya el organismo.
Además, esta línea de actuación ayuda a que el crecimiento alcance "a toda la población" porque fomenta mejores condiciones de consumo, más empleos, igualdad de oportunidades y mejores servicios públicos. En consecuencia, se benefician todos los hogares, y particularmente aquellos con rentas más bajas.
Precisamente, las medidas que promueven mercados eficientes y competitivos pueden ayudar a mitigar los posibles efectos negativos sobre el poder adquisitivo que pudieran causar los repuntes inflacionistas o las políticas adoptadas para frenar las alzas de precios.
La falta de competencia se relaciona con la caída de los salarios, una mayor desigualdad salarial y un menor dinamismo en el mercado laboral. Se estima que el poder de mercado de las empresas disminuye, al menos, un 11% la riqueza del 20% de los ciudadanos con menor renta.