Carney: el Brexit puede ser una "prueba de fuego" para la economía mundial
El gobernador del BoE cree que afectará a las perspectivas globales a corto como a largo plazo
Actualizado : 14:47
El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, cree que el Brexit puede se una "prueba de fuego" para el funcionamiento de la economía mundial según las nuevas reglas comerciales. Así, la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) "podría afectar a las perspectivas globales a corto como a largo plazo", según unas declaraciones realizadas este martes.
"En muchos aspectos, el Brexit es la primera prueba de un nuevo orden global", ha dicho Carney. En plena cuenta atrás para la salida del Reino Unido de la UE, el gobernador del Banco de Inglaterra (BoE) afirma que es "interés de todos, posiblemente en todas partes, que se encuentre una "solución" para el Brexit "que funcione para todos en las próximas semanas".
Carney cree que un período prolongado de incertidumbre sobre el comercio podría socavar la expansión mundial
Los funcionarios del BoE dijeron la semana pasada que la incertidumbre del Brexit está afectando a la economía, sacudiendo a los hogares y las empresas y deteniendo la inversión. Carney cree que un período prolongado de incertidumbre sobre el comercio podría socavar la expansión mundial, un efecto que ya se ha apoderado de Reino Unido.
"Es posible que se desarrollen nuevas reglas de tránsito para una economía global más inclusiva y resistente". "Al mismo tiempo, existe el riesgo de que los países giren hacia dentro, lo que socava el crecimiento y la prosperidad para todos. Las preocupaciones sobre esta posibilidad ya están afectando la inversión, el empleo y el crecimiento, creando una dinámica que podría volverse autosuficiente", asegura el gobernador del BoE.
Además, Carney avisa de que el impacto de una desaceleración en China, la incertidumbre y las crecientes tensiones en torno a la política comercial y la deuda corporativa son todos riesgos potenciales para el crecimiento mundial. De hecho, los bancos centrales de todo el mundo ya han advertido en las últimas semanas de sus perspectivas a la baja sobre el crecimiento económico.