Bill Gates avisa a Donald Trump sobre su proteccionismo económico

Bill Gates, el fundador de Microsoft y segundo hombre más rico del mundo, se ha posicionado claramente en contra del proteccionismo económico que promulga Donald Trump y su equipo de asesores.

Gates, el mayor filántropo del mundo, ha considerado "aterradoras" las tensiones comerciales que está provocando Estados Unidos con China y otros países y zonas económicas. En su opinión, pueden afectar de lleno al crecimiento económico mundial y a la creación de empleo y, además, impactar con más fuerza en países pobres o en desarrollo.

"Ciertamente, estos problemas comerciales dan miedo porque si se consigue que aumente el proteccionismo y se eleven los aranceles, la economía global no va a funcionar tan bien. El comercio provoca grandes beneficios", ha señalado Gates, quien considera que el crecimiento mundial "va muy bien ahora mismo".

En su opinión, los aranceles al comercio tendrán repercusiones negativas en muchas industrias, sobre todo en las que cuentan con complejas cadenas de suministro. "La retórica de que usaremos los aranceles para forzar a alguien a hacer algo puede escalar y terminar con un montón de tarifas", ha dicho Gates.

"Y pueden terminar con la previsión de mucha gente que ha asumido que sus cadenas de suministro funcionarán y que serán capaces de exportar e importar", ha añadido. "Tan sólo eso puede ser un lastre importante sobre el crecimiento económico y por tanto sobre la creación de empleo", ha señalado en una entrevista con CNBC.

En este sentido, el Fondo Monetario Internacional (FMI) calculó en julio que las continuas amenazas de EEUU a sus socios comerciales podrían reducir el crecimiento global hasta un 0,5% en 2020, lo que supondría una pérdida global para el PIB mundial de unos 430.000 millones de dólares.

Pese a las palabras de Gates, es muy improbable que Donald Trump cambie su política, al menos hasta después de las elecciones de mitad de mandato que se celebran en EEUU a principios de noviembre. Los analistas esperan que incluso el presidente aumente su retórica proteccionista para contentar a sus electores, en un momento económico especialmente positivo para la economía americana.