El BdE cree que hay que retocar impuestos como el IVA pero no podrá ser antes de 2022

Insta al Gobierno a hacer cambios impositivos cuando la recuperación esté bien asentada

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Bolsamania | 30 jun, 2020

El Banco de España ha insistido en la necesidad de reformular los impuestos. Después de que lo hiciese el gobernador Pablo Hernández de Cos en el Congreso, ahora ha sido el turno del director de Economía y Estadística del regulador, Óscar Arce, que cree que el Gobierno debe poner sobre la mesa cuanto antes un plan para retocar la fiscalidad, sobre todo la del IVA. Pedro Sánchez ya ha adelantado que es algo que se plantea, aunque el BdE apunta que no debería hacerse nada en este sentido hasta que la recuperación esté asentada, y eso podría no ocurrir hasta 2022.

Así lo ha apuntado al explicar los detalles del Informe Anual del Banco de España dado a conocer este martes, en el que el supervisor deja clara la necesidad de "recalibrar la cesta de impuestos" para "hacerla más favorecedora del crecimiento". En opinión de Arce, "existe margen" para ello, sobre todo en lo que se refiere al elevado nivel de beneficios fiscales que distinguen a la fiscalidad española, y que es "susceptible de reconsideración".

"El ajuste fiscal va a ser cuantitativamente importante", porque España necesita "tocar varias palancas para reducir la deuda", dice el BdE, que cree útil fijarse en lo que están haciendo países de nuestro entorno. En este sentido, Arce se ha referido a las diferencias de recaudación que hay en impuestos como el IVA si se compara con otros Estados europeos. "Si bien los tipos generales están más o menos alineados, hay muchas categorías de bienes que están acogidos a tipos reducidos e superreducidos, lo que hace que la potencia recaudatoria se vea diluida".

El regulador considera adecuado subir el IVA a algunos productos con tipos reducidos, pero también aboga por cambiar los impuestos especiales y el de Sociedades para hacerlos más eficientes. Pero no ahora que España empieza a salir de la crisis que ha provocado la pandemia de coronavirus.

"En ningún momento hablamos de subir estos impuestos ahora mismo. A corto plazo toca seguir manteniendo el impulso fiscal, apoyo a rentas y hogares más vulnerables, y una vez que esté bien asentada la recuperación, entonces reconstruir los márgenes de recaudación fiscal", ha explicado Arce, que cree que no hay que tocar estas figuras impositivas a corto plazo. Eso sí, aboga por diseñar ya mismo un plan al respecto y "comunicarlo a los que nos financian, a nuestros socios europeos, pero implementarlo cuando las condiciones económicas lo permitan y lo aconsejen".

Algo que puede tardar, y es que el Banco de España cree que nuestro país no recuperará los niveles de actividad anteriores a la crisis antes de 2022. "La recuperación, compatible con crecimientos elevados en la segunda mitad de este año, solo permitiría retornar a niveles de actividad próximos a los previos a la crisis hacia finales de 2022", señala el supervisor en el Informe Anual.

REDUCIR LA DEUDA... EN CUANTO SEA POSIBLE

E igual que pasa con los impuestos, el BdE cree que también habrá que esperar para poder empezar a reducir la deuda pública, que según sus cálculos se situará entre el 115% y el 120% a finales de este año. "Una vez afianzada la recuperación, será necesario implementar un programa de consolidación fiscal para reconducir la dinámica de la ratio de deuda pública sobre el PIB", o de lo contrario seguirá, "incluso en los mejores escenarios, por encima del 110% del PIB en 2030".

El regulador reclama al Gobierno un esfuerzo fiscal en línea con los requerimientos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC). Es decir, aboga por recortar el déficit estructural a un ritmo del 0,5% anual para lograr la ansiada reducción de la deuda, ajuste que según Arce es "totalmente factible". Solo así se logrará reducir la ratio de deuda pública "por debajo del 100% del PIB antes de 2030". Es más, el BdE dice que esta reducción "sería más eficiente y ágil si el esfuerzo fiscal va acompañado con medidas estructurales que aumenten el producto potencial de la economía".

"Ese ratio de sacrificio, en términos de pérdida de actividad, siempre va a ser más llevadero si puedes llevar a cabo reformas que lo complementen", ha insistido Arce, que cree que hay "reformas estructurales que son capaces de elevar la capacidad del crecimiento potencial de la economía española hasta el 1,7%", y que permitirían ser "menos agresivo en el uso de instrumentos ficales para consolidar", por lo que "la digestión de la deuda sería menos grave". "Los mercados de capitales toleran mejor niveles altos de deuda si el país demuestra una capacidad de crecimiento relativamente elevada", ha recordado.

Sobre el momento en el que llevar a cabo este ajuste, el Banco de España cree que "va a depender de muchos factores que son difíciles de anticipar". Primero, de la situación económica en los próximos meses/años. "Si no hay muchos daños, y en 2021-2022 crecemos a niveles de actividad previos a la crisis, será momento de empezar a plantear la reducción de la deuda pública". Pero también habrá que estar pendientes de "cómo sea la situación de los mercados financieros".

En cualquier caso, ha dicho Arce, lo que se puede ir haciendo es "pensar en una estrategia global" sobre cuáles van a ser las principales palancas para reconstruir los márgenes fiscales. "Todo lo que sea incidir en ganar confianza en los mercados es bueno a medio plazo, y a corto plazo también, para que cualquier esfuerzo fiscal adicional que se tenga que hacer para luchar contra la pandemia no repercuta en una mayor prima de riesgo". La idea es "que se entienda que es algo temporal".

MEDIDAS QUE ANIMEN A LAS PYMES A CRECER

Por último, en el Informe Anual el Banco de España incide en la necesidad de adoptar medidas que animen a las pymes a crecer. En nuestro país hay una "alta prevalencia de empresas pequeñas", de forma que las de menos de 5 trabajadores representan el 78% (datos de 2019) frente al 69% en la UE. El problema es que estas compañías "concentran la mayor parte de diferencia negativa de productividad", y eso es algo que habría que intentar cambiar.

Se conseguiría, según Arce, si parte de esas empresas creciesen, pero actualmente hay "elementos regulatorios que aumentan las cargas impositivas, y eso puede influir en que las empresas den o no el salto y cambien su tamaño". Es decir, que como tienen que pagar más impuestos, muchas prefieren seguir siendo pymes, y eso es algo que hay que revisar si se quiere "cambiar la estructura del tejido empresarial" en España. Porque, ha explicado el responsable del BdE, "la solidez financiera de las pymes siempre es inferior a la de sus competidores, y eso se traslada al grado de solidez financiera de la economía española".

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