"El BCE prepara el euro digital para un reparto de los estímulos sin intermediarios"
Los expertos señalan que uno de los objetivos es sortear a las entidades financieras como distribuidores de los 'QE'
Actualizado : 09:13
El Banco Central Europeo (BCE) ultima los detalles de la consulta pública que arranca el 12 de octubre en relación con la hipotética introducción de un euro digital. La entidad presidida por Christine Lagarde ha iniciado asimismo una fase de experimentación, que se desarrolla en paralelo a los trabajos de la nueva normativa sobre los mercados de criptoactivos (que empiezan a conocerse por las siglas MiCA, de markets in crypto-assets) que la Comisión Europea ultima en forma de propuesta de reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo. Si bien ambas iniciativas tienen como catalizador parar los pies a Facebook, que con su proyecto Libra ha puesto en jaque al sistema monetario tradicional, el banco central busca la cuadratura del círculo en la efectividad de la transmisión correcta de sus políticas.
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El BCE intensifica los preparativos para poner en marcha un euro digitalAsí, la idea de una moneda única criptográfica “surge bajo la premisa de control económico y de eliminar intermediarios como las entidades financieras”, asegura Félix Fuertes, co-fundador de Cryptoinvest y colaborador de Bolsamanía. Así, una de las problemáticas que se han encontrado los bancos centrales es que los estímulos, tanto la expansión quantitativa tradicional (QE por sus siglas en inglés), como las pantagruélicas ayudas contra la pandemia “no llegan o no se reparten tal como ellos tienen preestablecido, sino que se acaban quedando en los bancos, quienes hacen uso de este dinero como consideran”, explica el experto.
A la vista de que “el dinero no va hacia quienes más lo necesitan”, prosigue, “la idea del ‘criptoeuro’ surge con el objetivo de estandarizar los depósitos en Europa, eliminando eslabones en la cadena de transmisión del dinero, en concreto las entidades financieras”. A su vez, “esto nivelaría los tipos de interés de los préstamos en Europa, ya que el mismo BCE sería el encargado de ofrecer crédito directamente a los minoristas”.
De hecho, la central bank digital currency (CBDC) de la zona euro se equipararía al dinero físico y, en esencia, sólo cambiaría su soporte. “Uno sería el que conocemos, billetes y monedas, mientras que el otro estaría disponible a través de diferentes medios de pago digitales. Entre ellos habría una correlación ya que, como dice el BCE, por cada euro digital que se emitiese se retiraría un euro físico”, escriben los analistas de Bankinter. Además, “podría ser utilizado digitalmente por los ciudadanos en sus pagos comunes sean estos de mucho o poco importe. Desde pagar un café o el precio de una vivienda”, explican. Estaríamos hablando de dos conceptos de euro digital, uno “mayorista”, el que ya funciona entre el BCE y las entidades, y un euro “minorista” que sería utilizado por los particulares en sus relaciones comerciales comunes.
“Para la utilización de este euro digital minorista sería necesario tener una cuenta en la que estaría depositado un determinado patrimonio monetario. Igual que cuando actualmente vamos al cajero para sacar dinero. Si no tenemos dinero en la cuenta corriente no podemos sacar dinero”, puntualizan los expertos de Bankinter. La moneda compartida digital “protegería el bien público que el euro constituye para los ciudadanos: acceso sin coste a un medio de pago sencillo, aceptado universalmente, fiable y libre de riesgo", destaca un informe elaborado por el grupo de trabajo del BCE sobre dinero electrónico.
PARAR LOS PIES A LAS INICIATIVAS PRIVADAS
El trabajo que lleva a cabo el BCE no es mucho menos único. Otros bancos centrales están desarrollando proyectos similares, espoleados todos ellos por el miedo a que las iniciativas privadas de emisión de las llamadas ‘stable coins’ -monedas estables- con paridad con el dólar en su mayoría, disputen su soberanía como emisores de medios de pago. Desde que la red social de Mark Zuckerberg anunció su moneda, libra, los supervisores monetarios se han apresurado a poner en marcha mecanismos que aten en corto a las empresas que emitan monedas criptográficas.
La principal diferencia es que “el euro digital estaría respaldado por los estados que forman parte de la zona Euro, mientras que las otras monedas digitales privadas estarían respaldadas por el patrimonio y reservas de las empresas que las emitiesen además de tener que cumplir con la normativa de la CE”, aclaran desde Bankinter. “Lo que quiere el BCE es tener potencia en un sector incipiente, no quedarse fuera”, comenta Fuertes por su parte. “Los reguladores europeos van a establecer que el ‘criptoeuro’ es la referencia del mercado pero no van a prohibir ni denegar ninguna propuesta de nuevas monedas estables”, explica el experto en divisas criptográficas. Se trata simplemente de “preservar el rol del BCE”, redondea.