Así es el 'efecto cobra' que condena a la economía a "un colapso hiperinflacionario"

"Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla", reza un popular dicho cuya autoría se la debaten Napoleón Bonaparte y el filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana. Un destino en forma de espada de Damocles que pende también peligrosamente sobre el devenir de las grandes economías y mercados.

Nueva Deli. Según la leyenda, una plaga de cobras obligó a la ciudad a poner precio a sus cabezas. Al principio, funcionó. Pero entonces su caza se convirtió en un negocio más y las autoridades tuvieron que cancelarlo todo. Fue entonces cuando sus dueños, al ser incapaces de obtener beneficio alguno por ellas, las liberaron y su número se disparó hasta cotas nunca vistas.

Así se conoce al 'efecto cobra', según el veterano de Wall Street, Larry McDonald. Básicamente, la solución acaba siendo peor que el problema, es decir, el remedio es peor que la enfermedad. A algo así se enfrentan las economías en la actualidad.

"Creemos estar ante las primeras etapas del mayor 'efecto cobra' de la historia de la economía", alerta McDonald en el último post de su popular blog, Bear Traps Report. "Conforme los masivos estímulos monetarios y fiscales (más de 15 billones de dólares en todo el mundo) se acumulan para salvar a la economía de una depresión deflacionaria, van a causar en su lugar un colapso económico hiperinflacionario".

McDonald recuerda que Angela Merkel ha "capitulado oficialmente esta semana acordando emitir deuda común a gran escala tras entregar ayudas a deudores matemáticamente insostenibles en la periferia (de Europa)". En EEUU, este veterano de Wall Street cree que aquellos al cargo de los estímulos fiscales están pasando por alto varios principios básicos de la economía que tendrán, en última instancia, un gran impacto entre los inversores.

Pese a todo, McDonald cree que las buenas noticias son que "sobreviviremos y prosperaremos tras el proceso de reajuste pero, hasta entonces, es sabio que recordemos que la furia infernal no es nada comparada a la de un dueño de cobras al que han despreciado".