Talant Dujshebaev: "Sé que he cometido errores por este maldito carácter"
MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
El entrenador del Vive Kielce polaco, Talant Dujshebaev, reconoció que ve complicado volver a corto plazo al balonmano nacional porque al único club que le atrae en la actualidad es el Barça y "ya tiene un magnífico entrenador", y también aspira a dirigir un día a la selección española, mientras que también confesó, a nivel personal, haber cometido "errores" por su "maldito carácter".
"Por cuestiones de trabajo no es posible volver a España ahora mismo. El único club en el que me gustaría estar es el Barça y ya tiene un magnifico entrenador. Deseo que Xavi Pascual siga otros 10, 20 años", expresó Dujshebaev este lunes durante su participación en el foro virtual #EspacioRFEBM.
El exjugador remarcó su pasión por España, país que le acogió en 1992 para jugar en el Teka y del que obtuvo la nacionalidad en 1995. "Para mí, llegar a Santander fue algo increíble. Era una ciudad maravillosa, con, mar y tenemos, porque me considero español, ese carácter latino tan abierto, la integración fue tan fácil", admitió.
Dujshebaev se siente "cántabro", aunque ya no tiene casa allí y sí "en Ciudad Real", pero tampoco se olvida de su pasado. "Amo a Rusia y todo lo que era la URSS, pero en los 90 era terrible y no podéis imaginar la inseguridad que había, ves los tanques por Moscú en el 91 y es una sensación terrible. La seguridad para mí en ese momento era primordial", remarcó.
El técnico del Kielce tampoco descarta dirigir en un futuro a la selección española, con la que ganó los bronces olímpicos en 1996 y 2000. "Creo que Jordi (Ribera) está haciendo un labor fantástica y espero que siga muchos años y tenga mucho éxito. Siempre he dicho que mi sueño es entrenar a la selección española y si pudiésemos estar los tres (en referencia a sus hijos Alex y Dani) lo vería con un punto de orgullo por el sentimiento que tenemos todos hacia España", comentó.
Sin embargo, de momento es feliz en el conjunto polaco, donde comparte vestuario con sus dos hijos y en el que acometió hace unos años una renovación. "Tenía ofertas para marcharme, pero convencí al presidente de hacer este cambio. Vienen jóvenes y se marchan otros ilustres y representativos como Julen (Aginagalde), que es de los mejores pivotes de la historia", reflexionó.
"Yo estoy muy contento porque clubes más poderosos se puedan llevar a los mejores. Me gustaría que Cindric y Blanc siguieran, pero entiendo que no siempre se puede retener a los mejores", añadió sobre el croata y el esloveno, fichados por el Barça. "El esqueleto está hecho y seguro que para la 20-21 ya estaremos preparados para competir con los mejores", desafió.
En este sentido, aclaró que, aunque se clasificó, no veía al Kielce "preparado" para jugar la Final Four del año pasado. "Ni siquiera lo había planificado, y este año tampoco, pero sí que sabía que íbamos a ser más competitivos", puntualizó.
"En primer lugar soy padre y le voy a aconsejar lo mejor para él", recalcó preguntado ante la opción de una gran oferta para su hijo Alex, actualmente en gran estado de forma. "Si un club le da infinitamente mejores condiciones le diré que no sea tonto", aseveró, antes de calificar al mayor de la saga como "un jugador atípico". "Sabe jugar bien de central, de lateral, es muy completo. Además Jordi le usa de avanzado en la selección, pero yo no me atrevo", opinó.
"Con Dani estoy muy contento porque está mejorando. Tuvo la mala suerte de lesionarse el hombro antes de empezar la Euro, pero luego nos ayudó en defensa porque en ataque no podía lanzar. Creo que en defensa es donde más progresión noto porque creo que en ataque tiene un poco de confusión porque le ponen de lateral izquierdo y creo que es central pero estoy seguro de que en los próximos meses va a mejorar porque le voy a poner de ahí. No tengo miedo por su futuro", subrayó de su hijo pequeño.
El entrenador de 51 años no se quejó de la decisión de la EHF sobre la 'Final Four' de la Liga de Campeones y su paso a diciembre sólo con Barça, Veszprem, PSG y Kiel, porque "cualquiera que se tomase siempre estaría criticada", pero pidió que el título "no sea tan oficial y fuese honorífico".
Para Dujshebaev, la crisis económica que traerá el coronavirus afectará "a todos", principalmente en lo referente a los ingresos por espectadores. "Si hay que jugar el año entero a puerta cerrada, los equipos más grandes perderíamos el 40 por ciento", calculó. En su club, llegaron a un acuerdo con el presidente para bajarse los salarios, pero es "optimista" porque confía en el dirigente "y su capacidad de trabajo".
El exjugador considera que el problema con el virus continuará "hasta que no se consiga la vacuna", pero, "anímicamente" está de mejor ánimo desde que han podido volver a los entrenamientos. "No tenemos tanto miedo de contagiarnos entre nosotros sino por los que vendrán a los pabellones, pero para el jugador es muy difícil de predecir porque hay muchos que son fuertes mentalmente y otros menos", aclaró.
"Desgraciadamente, nosotros ya jugamos el 11 de marzo a puerta cerrada y es algo que no gusta a nadie, es una sensación totalmente diferente y algo que no nos divierte mucho, pero tenemos que acostumbrarnos y soy partidario de que se empiece así en agosto o en septiembre. Tenemos que competir y seguir adelante, nuestro deber es ser profesionales", remarcó el técnico, que pediría a los clubes crear "montajes" para generar algo de ambiente. "También vas al campo a desahogarte y quitarte adrenalina también forma parte de juego, cuando te insultan en un campo también es un desafío que me gusta", declaró.
Y es que Dujshebaev siempre ha estado marcado por su fuerte personalidad. "Tienes tu carácter desde el nacimiento y yo creo que heredé el de mi madre. A mí me ha ayudado y me ha perjudicado, sé que he cometido errores por este maldito carácter y aunque me dé cuenta a los diez segundos ya no hay vuelta atrás, pero con los años lo estoy llevando mucho mejor", sentenció el exjugador, que piensa que su "momento más difícil" como entrenador fue cuando perdió en Algeciras con el Ciudad Real en sus inicios en 2005 y el "mas bonito" cuando el Kielce se coronó en 2016 campeón de Europa tras remontar nueve goles al Veszprem.