El colaborador del cabecilla de la estafa arqueológica de Iruña-Veleia elude la cárcel al reconocer su culpabilidad
Óscar Escribano, que trabajaba para Eliseo Gil, reconoce que uso un punzón para alterar una pieza, pero dice que fue "una broma"
VITORIA, 3 (EUROPA PRESS)
Óscar Escribano, colaborador de Eliseo Gil en la presunta estafa arqueológica de Iruña-Veleia (Álava), ha llegado a un acuerdo con la acusación, por el cual se reconoce como autor de un delito contra el patrimonio histórico, a cambio de una reducción de la pena que se solicitaba inicialmente contra él, que finalmente ha quedado fijada en un año de cárcel, por lo que al carecer de antecedentes penales, no deberá ingresar en prisión.
Escribano ha reconocido que utilizó un punzón para alterar una de las piezas desenterradas entre 2005 y 2006 en el yacimiento arqueológico de Iruña Veleia, aunque asegura que solo se trató de "una broma".
El acuerdo entre la Fiscalía y Escribano, que ha sido aceptado por la acusación particular que ejerce la Diputación Foral de Álava, ha sido anunciado al inicio de la vista oral por el 'caso Iruña Veleia', en la que se enjuicia la presunta falsificación de 476 piezas de entre los siglos III y VI desenterradas en el yacimiento alavés, con el fin de presentarlas como unos "hallazgos excepcionales".
Los hechos investigados se produjeron entre 2005 y 2006 en el yacimiento de Iruña-Veleia (Álava), cuyas excavaciones dirigía el historiador Eliseo Gil, para el que trabajaba Escribano. Gil, al no haber llegado a un acuerdo con la acusación, se enfrenta a una petición de condena de cinco años y medio de prisión, al considerarle el Ministerio Público responsable de un delito continuado sobre el patrimonio histórico y de otro delito de estafa en concurso con un delito de falsedad en documento privado.
El tercer acusado es Daniel Cerdán, para el que la Fiscalía pide una condena de dos años y medio de prisión por un delito de estafa en concurso con un delito de falsedad en documento privado, al considerar que falsificó varios informes que avalaban la supuesta autenticidad de los hallazgos de Gil y Escribano.
MULTA
Gracias a su acuerdo con la acusación, Escribano ha visto reducida de cinco años y medio a un año de cárcel la condena que inicialmente pedía la Fiscalía, que a cambio del reconocimiento de los hechos por parte del acusado, ha retirado su acusación por estafa y ha mantenido únicamente la de un delito contra el patrimonio histórico.
Al carecer de antecedentes penales y ser la condena inferior a los dos años, Escribano no deberá ingresar en prisión. Además, la multa inicialmente solicitaba para Escribano ha sido reducida de 7.300 a 2.190 euros.
Por otra parte, este investigador deberá indemnizar al Gobierno Vasco con 300 euros por los daños causados en una de las piezas. La misma cantidad habrá de pagar a la Diputación de Álava, en este caso por los gastos de inversión en el yacimiento.
Durante la vista oral en la que se ha dado a conocer el acuerdo, Escribano ha difundido un comunicado de prensa en el que explica que utilizó un punzón para realizar una inscripción en una de las piezas desenterradas, pero que esto no fue "más que una broma".
Además, a través de dicho comunicado, ha mostrado su satisfacción por el acuerdo alcanzado, de forma que se pueda poner "punto y final" a este proceso y, de esa forma, poder "seguir adelante" con su vida.
En el caso de Gil y Cerdán, al no haber llegado ninguno de ellos a un acuerdo con la acusación, el juicio continuará a partir de ahora contra ellos, en varias sesiones que se prolongarán, previsiblemente, a lo largo de diez jornadas. De hecho, a su llegada a los juzgados, Gil ha reiterado su inocencia en declaraciones a los medios de comunicación.