"Reino Unido debe regular las criptomonedas como si fuesen juegos de azar"
El Comité del Tesoro británico cree que plantean "riesgos significativos" para los consumidores
El comercio minorista de criptomonedas británico debería ser regulado como las apuestas. Esa es la principal conclusión que refleja el último informe del Comité del Tesoro de la Cámara de los Comunes de Reino Unido, que “recomienda encarecidamente” que el Gobierno británico “regule el comercio minorista y la actividad de inversión en criptoactivos sin respaldo como juegos de azar y no como un servicio financiero”.
“Aunque apoyamos la innovación financiera cuando hay beneficios potenciales, el alcance de los beneficios que las tecnologías de criptoactivos pueden aportar a los servicios financieros sigue sin estar claro. Mientras tanto, los riesgos que plantean los criptoactivos para los consumidores y el medio ambiente son reales y están presentes”, concluye este Comité.
Entre estos “riesgos significativos” que plantean las criptomonedas para los consumidores, el Comité del Tesoro destaca la volatilidad de precios, la ausencia de valor intrínseco o el riesgo de pérdidas. A la Comisión también le preocupa que regular el comercio de criptomonedas al por menor como un servicio financiero “cree un efecto de “halo”, que lleve a los consumidores a creer que esta actividad es segura y está protegida, cuando no es así”.
“Dado que los beneficios futuros de las criptomonedas siguen sin estar claros, el Gobierno debería adoptar un enfoque equilibrado a la hora de apoyar el desarrollo de tecnologías de criptoactivos y evitar gastar recursos públicos en proyectos sin un uso claro y beneficioso, como parece haber sido el caso de su ahora abandonado token no fungible (NFT) de la Royal Mint. No es función del Gobierno promover determinadas innovaciones tecnológicas porque sí”, explican desde el Comité.
Por otro lado, los diputados reconocen que las tecnologías subyacentes a las criptoactivos pueden aportar beneficios a los servicios financieros, en particular para las transacciones transfronterizas y los pagos en los países menos desarrollados. En este sentido, piden al Gobierno y a los reguladores que sigan el ritmo de los avances tecnológicos para que las innovaciones “potencialmente productivas” no se vean “indebidamente limitadas”.
“Los acontecimientos de 2022 han puesto de manifiesto los riesgos que plantea a los consumidores el sector de las criptomonedas, que en gran parte sigue siendo un salvaje oeste. Una regulación eficaz es claramente necesaria para proteger a los consumidores de cualquier daño, así como para apoyar la innovación productiva en la industria de servicios financieros del Reino Unido”, explica Harriett Baldwin, presidenta ‘tory’ del Comité del Tesoro.
Baldwin destaca que el Comité está estudiando las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés) por separado.
VALORACIONES DE LOS EXPERTOS
Laith Khalaf, jefe de análisis de inversiones de AJ Bell, destaca que alrededor de cinco millones de ciudadanos británicos han comprado criptoactivos, una cifra “apenas inferior a los seis millones de personas que son titulares de una cuenta de inversión en acciones”.
“La conclusión debe ser que muchas personas están dejando de lado productos financieros de eficacia probada y se lanzan directamente a la piscina con las criptomonedas. Es fácil ver por qué, especialmente entre los más jóvenes expuestos a las criptomonedas en las redes sociales. Es probable que muchos piensen que la pequeña cantidad de dinero que tienen que ahorrar nunca será suficiente para acceder a la vivienda, a menos que la multipliquen por diez. Las ‘criptos’ les ofrecen una oportunidad de conseguirlo, al igual que la ruleta. Claro que ambas también pueden dejarles con las manos vacías”, apunta este experto.
Khalaf cree que, dadas las condiciones actuales de la industria de las criptomonedas, no es de extrañar que describan al sector como “el salvaje Oeste”. “La razón para comprar criptomonedas es, por lo general, que todo el mundo lo está haciendo, por lo que el precio sube, de forma parecida al funcionamiento de una estafa piramidal. Los que entran y salen pronto se forran, mientras que los que compran en el pico del frenesí se estrellan y se queman”, relata.
Finalmente, el experto de AJ Bell cree que el anteriormente mencionado “efecto halo” es “un riesgo que merece la pena considerar”, si bien es cierto que “tratar a las criptomonedas como juegos de azar libraría al sector de algunos de los requisitos extremadamente onerosos del régimen de servicios financieros”. “La compra de criptomonedas es más parecida al juego que a la inversión, pero su regulación como tal debe estudiarse con sumo cuidado para evitar que acabe siendo más fácil”, sentencia.