La vacuna universal contra el cáncer cada vez más cerca

Investigadores de la Universidad de Maguncia en Alemania explican cómo han logrado desarrollar un sistema que podría ser un primer paso para crear una vacuna universal contra el cáncer

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Bolsamania | 02 jun, 2016

El cáncer es una invasión de nuestras propias células fuera de control. Durante décadas, la tarea ha consistido en envenenar a todas las células del cuerpo con el fin de que las cancerosas sufran más que las sanas. Sin embargo, en la actualidad hay alternativas menos tóxicas y más efectivas.

Tal y como informa El País, uno de estos nuevos métodos, cada vez más generalizado y menos experimental, consiste en ayudar al sistema inmune a identificar las células malignas para que las destruya. Lo más común es desmontar las estratagemas moleculares que utiliza el cáncer para confundirse entre las células normales. De esa manera, los glóbulos blancos las detectan y las atacan.

Desde hace tiempo, los científicos intentan emplear contra el cáncer uno de los sistemas más efectivos que hasta hoy conocemos, se trata de las vacunas. Estas introducen al cuerpo, algo que se asemeja a lo que se quire combatir. El sistema inmune reconoce así una amenaza contra la que no estaba preparado, en principio. No obstante, las celulas cancerosas son muy parecidas a las sanas y los antígenos no suelen ayudar al sistema inmune.
Las células cancerosas se parecen mucho a las sanas y dificultan que las ataque el sistema inmune.

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Investigadores alemanes han logrado desarrollar un sistema que podría ser un primer paso para crear una vacuna universal contra el cáncer

UN ESTUDIO REVOLUCIONARIO

Esta semana, en un artículo que se publica en la revista Nature, un equipo de investigadores de la Universidad de Maguncia en Alemania explica cómo han logrado desarrollar un sistema que podría ser un primer paso para crear una vacuna universal contra el cáncer. Los autores trataron de alcanzar las células dendríticas del sistema inmune, capaces de provocar una respuesta contra los tumores, y para lograrlo, empaquetaron ARN con lípidos y se lo inyectaron a ratones. El envoltorio de lípidos conservó el ARN, que normalmente habría sido descompuesto por el organismo, y le permitió llegar a las células dendríticas y los macrófagos (un tipo de glóbulos blancos) presentes en el bazo, los nódulos linfáticos o la médula ósea. Allí, el ARN se convirtió en un antígeno específico para el cáncer, dando la señal necesaria para desatar una respuesta inmune dirigida y potente contra la enfermedad, explican desde El País.

Los investigadores probaron el sistema en varios modelos de tumores en ratones observando una intensa reacción de los glóbulos blancos ante el antígeno inyectado en los animales. Además, en un pequeño ensayo con tres enfermos de melanoma también se observaron los efectos esperados.

Los autores del trabajo están probando su técnica con más pacientes y quieren ampliar el uso de su vacuna a varios tipos de cáncer

"El reto técnico es que cada tumor es diferente y tiene otros rasgos característicos, por lo que no puedes utilizar una vacuna idéntica para cada paciente", señala Ugur Sahin, director de TRON, una organización de investigación biofarmacéutica de la Universidad de Maguncia. Sin embargo, añade, "el enfoque de la vacuna es como un sobre en el que puedes introducir cualquier información vacunal". Y explica: "El sobre transporta esta información a las células dendríticas que extraen la información y la utilizan para entrenar a otras células inmunitarias. Eso significa que podemos personalizar e incluso individualizar la vacuna utilizando este concepto universal".

Los autores del trabajo que publica Nature están probando ahora su técnica con más pacientes y quieren ampliar el uso de su vacuna a otros tipos de cáncer.

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