Almeida asegura que Iglesias "no es quién" para quejarse de expresiones del Congreso porque él "no ahorra calificativos"
"El problema no es Álvarez de Toledo, ni su expresión más o menos afortunada; lo de Marlaska es lo verdaderamente intolerable", apunta
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha asegurado este jueves que el vicepresidente de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, "no es quién para quejarse de las expresiones" que se lancen en el Congreso de los Diputados, las cuales enmarca dentro del "fragor del debate".
Así se ha manifestado el regidor en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno de la ciudad al ser requerido por las palabras de la portavoz del Grupo Popular, Cayetana Álvarez de Toledo, tras tildar ayer de "terrorista" en sede parlamentaria al padre de Pablo Iglesias.
"Iglesias no es quién para quejarse de las expresiones del Congreso; desde que entró Podemos en la política, se ha producido un encanallamiento del debate político, con agresividad... y el propio Iglesias no ha ahorrado calificativos a adversarios políticos... ahí tenía sus tuits donde llamaba terrorista a Amancio Ortega", ha expresado Martínez-Almeida.
Por ello ha indicado que Pablo Iglesias "debería trabajar por un debate sosegado y por no radicalizar", y ha apuntado que "el propio Iglesias ha hablado de su padre en términos no muy diferentes".
Si bien, el alcalde madrileño ha explicado que "el fragor del debate puede llevar a expresiones más o menos afortunadas", y ha hecho hincapié en que en la sesión de ayer en el Congreso, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, "faltó a la verdad".
Para Almeida, tenía diversas opciones, entre ellas "reconocer que el cese del coronel Diego Pérez de los Cobos como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil" se debió al informe del 8M, o también optar "por el mutismo", pero el ministro, entiende Almeida, "optó por la mentira".
"No hay un solo español que piense que se cesa a Pérez de los Cobos un domingo por la noche en el marco de un proceso de reestructuración y no como represalia contra él. El problema no es Álvarez de Toledo, ni su expresión más o menos afortunada, sino que lo de Marlaska es lo verdaderamente intolerable", ha señalado.