IAG, en la pista de despegue: el triángulo simétrico continúa intacto

Los triángulos simétricos suelen darse con frecuencia en medio de las tendencias, tanto alcistas como bajistas. Y el desenlace del mismo suele ser a favor de la tendencia previa. Se trata de un período de consolidación del mercado, previo a un brusco movimiento.

Generalmente actúa como un patrón de continuación de la tendencia previa en la que el precio nos dibuja máximos decrecientes y mínimos crecientes. Diversos estudios han demostrado que los triángulos simétricos se resuelven abrumadoramente en la dirección de la tendencia general del mercado. Pero como siempre me gusta decir hemos de esperar a que sea el precio el que nos diga lo que quiere hacer y cuándo. Cuando este rompe con fuerza el triángulo lo normal es que asistamos a un incremento del volumen. Y la proyección de subida o de caída será, como mínimo, la anchura del triángulo desde el punto de ruptura de la formación. En muchos casos y antes de la aceleración de la tendencia solemos asistir a movimientos en forma de ‘pull back’/’throw back’ hacia las resistencias/soportes perforados.

Así, las resistencias a batir en el más corto plazo se encuentran en los 2,48 euros (máximos de mayo) y por encima los 2,5750 euros (máximos de marzo y del año). Y por encima de los máximos anuales no descartaremos, incluso, un movimiento hacia la resistencia de los 2,85 euros (mínimos de 2019) y el hueco bajista semanal de los 3,2950 euros. Recordarles que tenemos pendiente todavía el hueco bajista semanal de marzo de 2020 en los 2,6160 euros. Mientras tanto no nos adelantemos a los acontecimientos. El triángulo está ahí, que no es poca cosa, pero hasta que el precio no salte al menos por encima de los 2,48 euros no tendremos ninguna señal de que nos invite a creer que el precio está despertando. La base (soporte) del triángulo pasa en este momento por la zona de los 2,20 euros.