Ahora o nunca en Almirall: acaricia la directriz alcista principal de la última década

Almirall es un buen ejemplo sobre aquello que en ocasiones comentamos acerca de que un valor puede caer con mucha fuerza sin que deje de ser alcista en términos de largo plazo. O al menos por el momento esto es lo que sucede en la compañía farmacéutica.

Una directriz alcista no es ni más ni menos que una recta soporte, una recta de aceleración de los precios donde cada vez que el subyacente cae consigue entrar dinero en el mercado. En este punto la demanda es mayor que la oferta y por lo tanto el precio reacciona al alza y ahí rebota. Esta recta soporte se caracteriza por construir siempre mínimos crecientes y hemos de exigirle que, como mínimo, presente tres puntos de apoyo o de tangencia en la misma.

De manera que eso es lo que tenemos en Almirall, una impecable directriz alcista que une todos y cada uno de los sucesivos mínimos crecientes desde finales de 2011, con más de tres puntos de apoyo o de tangencia en la misma, y que pasa en este momento por los aproximadamente 10 euros. En torno a esa zona, en los niveles de precio más cercanos posibles a la directriz, es donde la ecuación rentabilidad-riesgo se hace óptima en el valor. Obsérvese también los importantes niveles de sobreventa semanales que presenta el precio.