Con los rendimientos cercanos al 5%, la liquidez se ha convertido en una inversión muy atractiva en estos momentos, siendo en algunos casos más rentable que los bonos. Pero ¿y a largo plazo? Los expertos de Wellington Management lo tienen claro: "Aumentar los bonos en detrimento del efectivo no es un riesgo tan grande como cabría suponer para las carteras".
En este sentido, Nanette Abuhoff Jacobson, estratega global de inversión y multiactivos, y Patrick Wattiau, analista de estrategia de inversión en la gestora, creen que, aunque sea difícil renunciar al 'cash' de alto rendimiento, sobre todo cuando es más rentable que algunos bonos, estos podrían estar a punto de despegar.
"Al fin y al cabo, frente a los bonos, mantener liquidez, a la espera de que se aclaren las incertidumbres económicas, la postura de la Reserva Federal (Fed) o el contexto geopolítico podría hacer mella en la rentabilidad total de las carteras de los inversores, si consideramos los últimos seis ciclos de subidas de tipos de interés", indican.
Su análisis se centra en dos marcos temporales: el primero comienza con la última subida de tipos de interés de cada ciclo restrictivo de la Fed desde 1983; y el segundo lo hace en la primera subida de tipos de los mismos ciclos restrictivos.
En base a él, consideran que la trayectoria de los bonos ha sido mejor que la del 'cash' por tres razones fundamentales.
La primera, es que el horizonte de inversión, tanto si parte desde la primera alza como desde la última de cada ciclo restrictivo de la Fed, siempre abarca el siguiente ciclo expansivo, cuando aumenta la pendiente de la curva de rendimientos y caen los tipos a corto plazo.
Asimismo, explican que, en cada ciclo restrictivo, el mercado descuenta la siguiente bajada de tipos entre tres y trece meses antes de que se produzca, lo que eleva la rentabilidad en ese periodo.
"Por lo tanto, a la hora de elegir el mejor momento para comprar bonos, los inversores deben anticiparse. Aunque es posible que de entrada a los bonos no les vaya tan bien como al 'cash', se demuestra que a corto plazo tienen rentabilidades similares y que en el siguiente ciclo expansivo la inversión compensa", matizan los analistas de Wellington Management
Además, aseveran que el 'cash' suele resentirse durante los ciclos expansivos, "pues sus rendimientos caen al compás de los recortes de tipos de la Fed".
Por ello, comentan que es posible que los inversores estén valorando la posibilidad de sustituir títulos líquidos por otros de vencimientos más largos cuanto antes.
"Aunque algunos bonos ofrezcan menores rendimientos que el 'cash', se han beneficiado sustancialmente más que éste en los últimos seis ciclos de subidas de tipos de la Fed y habida cuenta que el mercado anticipa el próximo ciclo expansivo, buena parte de las ganancias se acumulan en torno al momento de la última subida", subrayan desde la gestora.
También indican que los bonos corporativos tienen un perfil de rentabilidad media mejor que los bonos del Tesoro y el índice de deuda, ya que debido a sus mayores rendimientos y al posible estrechamiento de los diferenciales han tendido a batir a otros segmentos de renta fija.
Con todo, afirman que "aumentar los bonos en detrimento del efectivo no es un riesgo tan grande como cabría suponer para las carteras".
Los análisis de Wellington revelan que, incluso si la Fed sigue subiendo los tipos, la rentabilidad de los bonos sería comparable a la del efectivo a corto plazo y a largo plazo la superaría, a tenor de los ciclos anteriores.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS?
A pesar del análisis histórico, los estrategas de Wellington Management también resaltan que existen algunos riesgos, ya que este ciclo podría ser diferente.
En primer lugar, porque la lucha de la Fed contra la inflación está siendo más enérgica que en cualquier otro ciclo económico, por lo que podría seguir subiendo los tipos o verse obligada a esperar durante más tiempo a estos niveles más altos.
En segundo lugar, por los temores suscitados recientemente por la deuda federal, que también podrían afectar a los valores del Tesoro e incrementar las primas a plazo de los bonos con vencimientos largos.
"Dadas la velocidad y magnitud de este ciclo alcista que arrancó en marzo de 2022, y la rentabilidad sin precedentes del -13% del índice Bloomberg Aggregate Bond en 2022, apostamos por que el actual período de subidas de la Fed está tocando a su fin. En todo caso, la distribución potencial de la rentabilidad de los bonos es más amplia que la del efectivo", concluyen en Wellington Management.