¿Está la Reserva Federal mintiendo cuando sugiere que está dispuesta a aumentar las tasas de interés aún más para combatir la inflación? Muchos inversores parecen pensar que sí, pero, según Lisa Shalett, directora de inversiones (Chief Investment Officer), en Morgan Stanley Wealth Management, "no deberían luchar contra la Fed".
El banco central de Estados Unidos mantuvo los tipos de interés en el 5% en su reunión de junio, después de 10 subidas consecutivas, lo que fue muy bien recibido por Wall Street, que posteriormente marcó máximos anuales y desde abril de 2022.
Pese a que la Fed anticipó dos subidas más de tipos en 2023, los inversores siguen descontando que el organismo monetario está muy cerca del final en su ciclo de endurecimiento monetario. Además, el mercado anticipa que tendrá que recortar los intereses a final de año o a principios de 2024, cuando comiencen a notarse más intensamente los efectos de un precio del dinero más elevado y la inflación descienda hasta cerca del objetivo del 2%.
El propio Jerome Powell, en su comparecencia del miércoles en el Congreso de EEUU, reiteró que "tiene sentido subir los tipos, pero a un ritmo más moderado". Además, añadió que "continuaremos tomando nuestras decisiones reunión a reunión, con base en la totalidad de los datos entrantes y sus implicaciones para las perspectivas de actividad económica e inflación, así como el balance de riesgos".
Para Lisa Shalett, la política monetaria y los mensajes lanzados por la Fed no han impedido una gran recuperación de las bolsas. "Los inversores han 'luchado contra la Reserva Federal' durante meses, resistiéndose a la idea de que el banco central seguirá endureciendo rápidamente la política para combatir la inflación persistente", relata.
"Han estado comprando acciones y elevando las valoraciones ante las expectativas de recortes de tipos de la Fed. El entusiasmo por las innovaciones tecnológicas recientes y el temor de perderse las ganancias del mercado de valores solo han alimentado aún más su repunte", añade.
Pero, ¿puede continuar el rally?, se pregunta retóricamente. "Somos escépticos y creemos que los inversores deberían comenzar a prestar atención a las señales de advertencia de la Fed por dos razones clave", contesta.
En primer lugar, Shalett considera "poco probable que la Fed arriesgue su propia credibilidad al no llegar a sofocar por completo la inflación, especialmente después de una serie de pasos en falso iniciales, incluido el calificar las presiones inflacionarias como 'transitorias' en 2021".
En este sentido, recuerda que, "citando los errores de arranque y parada de la Fed en la década de 1970 , Powell señaló recientemente cómo la historia ha recompensado a los bancos centrales que han elevado las tasas de interés por encima de la tasa de inflación 'básica' (que excluye los volátiles precios de los alimentos y la energía)".
Así, explica que la inflación subyacente en Estados Unidos es del 5,3%, mientras que la tasa efectiva de fondos federales es del 5,08%. "Y con el desempleo todavía muy bajo, la Fed tiene espacio para pecar de cautelosa y continuar subiendo las tasas, sabiendo que luego puede recortarlas si es necesario", argumenta.
En segundo lugar, Shalett considera que "la inflación subyacente sigue siendo rígida, pese a que las medidas más amplias de inflación se han relajado, en parte gracias a la caída de los precios de las materias primas". En este sentido, menciona que el rastreador de crecimiento salarial de la Fed de Atlanta se ha mantenido alto alrededor del 6%.
En su opinión, hay otros factores, como las medidas que comparan el coste del alquiler con el de comprar una vivienda en EEUU, o la "inflación codiciosa" de las empresas por preservar los márgenes de beneficio mediante más aumentos de precios, que justifican una postura "vigilante" de la Fed.
LA IMPRUDENCIA DE LOS INVERSORES
En este escenario, la gestora califica como "imprudente que los inversores descarten los riesgos genuinos destacados por los responsables de la política monetaria, ya que consideran mantener las tasas de interés más altas durante más tiempo".
Así, considera que si la Fed mantiene los tipos de interés entre el 4% y el 6% durante una temporada, la valoración del mercado puede ajustarse a una relación precio-beneficio de 15-16 veces, frente al múltiplo actual de 20 veces.
Por ello, aconseja que, en un entorno actual "de acciones altamente valoradas, con relativamente poca recompensa por el riesgo, agregar duración a las carteras de renta fija, invirtiendo en bonos de mayor vencimiento".
En su opinión, "los inversores de renta variable deberían considerar la diversificación, el uso de gestores activos para la selección de valores o la posesión de productos indexados. "Seguimos creyendo que las materias primas, así como las acciones japonesas y de mercados emergentes, son buenas coberturas para un pico del dólar", concluye.