"Pese al impulso de los beneficios del segundo trimestre, mantenemos la cautela con la renta variable global, ya que seguimos esperando que el ciclo económico mundial se enfríe en la segunda mitad del año y en 2024".
Es la visión de mercado de Wolf von Rotberg, estratega de renta variable de J. Safra Sarasin Sustainable AM, al esperar que el ciclo económico mundial se enfríe en la segunda mitad del año y en 2024
"Aunque los beneficios esperados por el consenso para 2023 han recibido un impulso gracias a unos resultados empresariales del segundo trimestre mejores de lo esperado, vemos una potencial caída en las estimaciones de beneficios. En particular, para las cifras de 2024, que el consenso aún prevé que aumenten un 12% con respecto a 2023 en EEUU", indica este experto.
"Con unas valoraciones ya al alza, incluso con estas optimistas cifras de BPA (Beneficio por Acción) del consenso para 2024, desaconsejamos aumentar el riesgo en renta variable. El debilitamiento de la economía en el segundo semestre podría llevar al mercado a reajustarse a niveles de valoración más moderados", añade.
En este sentido, explica que, tras rebajar la calificación de la renta variable de la zona del euro a "menos preferida" en abril, "mantenemos la cautela sobre la región y reducimos nuestro objetivo de final de año para el MSCI EMU a 4000, lo que implicaría una caída de alrededor del 8% desde los niveles actuales".
Según su análisis, el "contexto del mercado europeo sigue siendo difícil". Porque "el impulso de la reapertura china, que ayudó a algunas áreas del mercado de renta variable de la eurozona a principios de año, se ha desvanecido y debería pesar cada vez más en el ciclo económico europeo. En consecuencia, cabe esperar que el fuerte repunte de los beneficios de la eurozona de los últimos 1,5 años se desvanezca".
Por ello, la gestora suiza mantiene un "posicionamiento defensivo, en particular en la eurozona, donde el debilitamiento del ciclo económico ha empezado a pesar sobre el rendimiento relativo de los valores cíclicos".
Desde un punto de vista regional, J. Safra Sarasin sigue prefiriendo "la renta variable británica, dada su combinación de acciones value y defensivas, así como el potencial impulso que podrían recibir de un debilitamiento de la libra esterlina".
"También creemos que la renta variable suiza sigue siendo atractiva, mientras que otros mercados europeos probablemente sufran en términos relativos en un entorno macroeconómico en deterioro", señala Wolf von Rotberg.
Sobre Wall Street, añade que "la renta variable estadounidense y el sector tecnológico siguen siendo nuestras principales preferencias desde un punto de vista estructural, aunque desde un punto de vista táctico ningún otro mercado parece tan tensionado, lo que deja poco margen para mayores rentabilidades a corto plazo".