Las compras que están registrando las bolsas mundiales han elevado el optimismo entre los 'alcistas' del mercado de renta variable. El último en sumarse ha sido el S&P 500 que, tras cerrar el jueves con subidas del 0,62% hasta los 4.293,93 puntos, acumuló una ganancia del 20% desde la caída de octubre del año pasado. No obstante, el índice neoyorquino todavía sigue un 10,5% por debajo de su máximo histórico, lo que ha llevado a los estrategas de Federated Hermes a lanzar un aviso en medio de la euforia: "El calendario de los bancos centrales no apoya la tesis de los alcistas".
Así lo afirma Lewis Grant, gestor principal de cartera de renta variable global de la firma, que cree que, aunque por un lado las condiciones son óptimas para el inicio del próximo mercado alcista, con un índice de volatilidad cerca de los niveles prepandemia, por otro, el endurecimiento monetario que están llevando a cabo los bancos centrales está dejando a las economías al borde de la recesión.
En este sentido, y a pesar de que una desaceleración no excluye necesariamente un mercado alcista, cree que "las expectativas anteriores de un rápido descenso de los tipos beneficiaron significativamente a los valores de crecimiento, y la revisión de las expectativas de tipos de los últimos días ha dejado ganando a los valores de estilo 'value'".
Esta situación plantea a los inversores un dilema entre si buscar el mercado de IA, posicionarse para un repunte del crecimiento o buscar oportunidades de valor en el mercado de gangas.
"El comercio de la IA aún está en desarrollo, y el equilibrio entre los proveedores de hardware y software se revelará con el tiempo. Prevemos que el repunte del 'growth' se adelantará a la recuperación económica, pero con una inflación persistente y retos en los mercados laborales, no parece inminente un amplio repunte. Mientras tanto, las megacapitalizaciones siguen ofreciendo una atractiva combinación de crecimiento y seguridad", explica Grant.
"UNA RECESIÓN ES PROBABLE"
El entusiasmo entre los inversores ante las subidas de los mercados se produce en un entorno en el que las economías mundiales están haciendo frente a un menor crecimiento debido a las subidas de los tipos de interés.
Las alzas de 25 puntos básicos acometidas tanto por el Banco de Canadá (BoC) como por el Banco de la Reserva de Australia (RBA) sorprendió a los operadores y ha avivado las preocupaciones en torno a que la Reserva Federal (Fed) no haya terminado con su ciclo de ajuste.
Asimismo, se aguardan con inquietud las reuniones del Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Japón (BoJ) y el Banco de Inglaterra (BoE).
"Dado que se espera que la Fed haga una pausa en la reunión del FOMC de la próxima semana y reanude las subidas en julio y septiembre, existe cierto potencial de sorpresa, ya que sólo se prevén 8 puntos básicos para la reunión de junio", destaca Orla Garvey, gestora sénior de carteras de renta fija de Federated Hermes.
Sin embargo, en su opinión "nos estamos acercando al final de los actuales ciclos de subidas y, aunque es posible que se produzcan nuevas subidas, la cuestión más importante y de mayor repercusión es cuánto tiempo permanecerán los bancos centrales con los tipos en su nivel terminal y, posteriormente, cuándo y en qué medida los recortarán a medida que las economías comiencen a ralentizarse".
Con una inflación subyacente más alta de lo deseable, se limita el alivio que pueden suponer los recortes de tipos a corto plazo. "Sobre esta base, seguimos creyendo que una recesión es probable, ya sea por accidente o diseñada", concluye Garvey.