DWS: "Wall Street está tan sobrevalorado frente a la renta fija como en 2003 y 2009"

La gestora alemana añade que la situación es diferente a la de esos periodos

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"Comparada con la renta fija, la renta variable estadounidense está tan sobrevalorada como en 2003 y 2009. Entonces, ambas clases de activos estaban baratas. Es difícil argumentar que este sea de nuevo el caso".

Es la visión de mercado de la gestora alemana DWS. Aunque sus expertos reconocen que las valoraciones relativas "siempre son un asunto peliagudo", argumentan que su análisis resta la rentabilidad actual de los bonos corporativos de la rentabilidad de los beneficios del S&P 500 (beneficios estimados divididos por el nivel del índice).

Así, desde mediados de mayo de 2023, la rentabilidad de los beneficios ha estado por debajo de la de los bonos. Y la última vez que esto ocurrió fue tras la burbuja de Internet y la crisis financiera, en 2003 y 2009.

¿QUÉ SIGNIFICA ESTO?

Entonces, ¿qué significa esta situación? La conclusión más evidente para DWS es que las acciones son actualmente más costosas que los bonos. Sin embargo, la pregunta que se plantea es si esto implica necesariamente una caída en el precio de las acciones o si los bonos son demasiado baratos y deberían aumentar su valor. También se considera la posibilidad de que ambas clases de activos estén infravaloradas, como indicaría la experiencia pasada, ya que tanto las acciones como los bonos obtuvieron buenas rentabilidades después de 2003 y 2009.

No obstante, DWS advierte contra la conclusión precipitada de que la situación actual es comparable a esos periodos anteriores, ya que las circunstancias son diferentes. En 2023, la tendencia bajista a largo plazo de los rendimientos de los bonos estadounidenses parece haber llegado a su fin, y la Reserva Federal ha adoptado una política monetaria más restrictiva debido a las preocupaciones por la inflación. Además, la deuda pública en EEUU ha aumentado significativamente desde entonces, y el déficit presupuestario se prevé que sea alto en los próximos años.

Otra diferencia clave es el carácter del ciclo económico. A diferencia de los periodos posteriores a la burbuja de Internet y la crisis financiera, se espera un crecimiento económico negativo a pequeña escala en EEUU en 2023 y 2024, seguido de un crecimiento del PIB relativamente bajo. A pesar de esto, los analistas de renta variable son optimistas sobre los beneficios, pronosticando un crecimiento superior al 10% para el próximo año, aunque no ha habido una caída significativa en los beneficios como en 2003 y 2009.

"No se debería apostar por una repetición de las rentabilidades que se podían obtener con la renta variable y la renta fija invirtiendo en los años 2003 y 2009", afirman desde la gestora.

"Pero si el S&P 500, tras su corrección de casi el 8% desde finales de julio, iniciará una corrección de la corrección hacia finales de año es, de nuevo, otra cuestión. Al fin y al cabo, encajaría con el patrón estacional de los últimos 30 años, en los que un rally de fin de año ha dado al S&P 500 una rentabilidad media del 4,7%", añaden.

"Esta comparación histórica, sin embargo, también podría ser para desconfiar. Después de todo, también ha habido algunos desplomes decentes: -14% en 2018, -23% en 2008 y -8% en 2000", recuerdan. Porque "la bolsa no siempre desafía a la gravedad", concluyen los expertos de DWS.

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