Carmignac: "Nos encontramos ante la recesión más esperada de la historia"

La gestora gala ha presentado sus perspectivas para el segundo semestre de 2023

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La gestora francesa Carmignac ha presentado este jueves sus perspectivas para el segundo semestre de 2023. Los expertos de la firma gala creen que nos encontramos ante la recesión “más esperada de la historia” y que los bancos centrales seguirán empujando las tasas terminales de los tipos de interés “hasta que la dinámica de una recesión sea imperdible en los datos”.

“La cuestión no es si se avecina una recesión, sino más bien cuán pronto y cuán profunda quieren los bancos centrales que sea”, destacan Raphaël Gallardo, economista jefe, y Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac. Para estos expertos, el telón de fondo macroeconómico, marcado por el crecimiento “resistente” y los precios “rígidos” de 2023 y la ralentización “sincronizada” y las políticas de estímulo de 2024, llevarán a los inversores “por un camino lleno de baches” en los próximos meses.

En este sentido, estos expertos creen que el retorno al objetivo de inflación del 2% requiere un aumento del desempleo, lo que, a su vez, puede provocar una corrección de los precios de los activos y plantea riesgos para la estabilidad financiera en 2024. “Las fuentes de inflación se han ampliado: las perturbaciones de la oferta de bienes están desapareciendo, pero los bancos centrales siguen luchando contra la inflación salarial y la “codiciaflación” (expansión de márgenes)”, destacan.

Según Carmignac, la inversión de la curva de rendimientos “ha amortiguado” el “golpe” del endurecimiento monetario en los mercados inmobiliarios y la firma gala destaca que este es “el primer ciclo posterior a Volcker (expresidente de la Fed) en el que los tipos de interés a largo plazo de EEUU alcanzaron su máximo antes y por debajo del máximo de los tipos de los fondos de la Reserva Federal”. “Además, el poder de fijación de precios de las empresas explica, en parte, la persistencia de los potentes efectos riqueza de los mercados de renta variable, incluso para la clase media”, indican.

Por otra parte, creen que el lado de la oferta es “decepcionante”, especialmente en lo que a la productividad se refiere. La gestora francesa cree que este escenario de incertidumbre “incita a las empresas a satisfacer la demanda actual recurriendo al factor más flexible: la mano de obra”; además, destacan que la “aceleración de la digitalización” podría verse compensada “por el desplazamiento hacia servicios intensivos en mano de obra, a menudo a cargo de la administración pública”. “La profundidad y amplitud de las inversiones también podrían ser un problema. El desfase entre la inflación salarial y la curva de Phillips sugiere un aumento de la tasa de desempleo de equilibrio”, agregan.

“La resistencia de la inflación se debe no sólo a los amortiguadores de la demanda relacionados con el Covid-19 (exceso de ahorro y efectivo en los balances), sino también a un deterioro apenas perceptible de los factores de oferta”, resumen Gallardo y Thozet.

Asimismo, destacan el caso de China, que definen como un “modelo de desarrollo roto”, pues “todas las fuentes de demanda están deterioradas: consumo, inversión privada, vivienda, exportaciones, gasto en infraestructuras de las administraciones locales…”. Para estos expertos, el gigante asiático se encuentra “atrapado entre una recuperación interna vacilante y un tono de escalada por parte del G7” y los últimos datos macroeconómicos muestran que su economía “necesita más que tímidos recortes de tipos”.

Por otra parte, Cargminac destaca que los líderes chinos están priorizando preparar la economía ante “escenarios extremos” y hacerla “invulnerable” a las sanciones de países terceros que de abordar los principales problemas que atenazan a la segunda economía del mundo. “Las preocupaciones geopolíticas priman sobre las consideraciones económicas: se espera una mayor relajación fiscal en el cuarto trimestre de 2023 que genere un impulso positivo en el comercio mundial a principios de 2024”, sentencian.

En este panorama “incierto”, ¿cómo pueden los inversores adaptar sus estrategias de inversión para prosperar? ¿Qué factores clave deben tener en cuenta a la hora de reposicionar sus carteras? Especialmente cuando, como señala Cargminac, algunas clases de activos “parecen estar levitando, en sus máximos históricos o cerca de ellos” mientras que otros “están valorando un escenario muy negativo”.

En el caso de la renta fija, la firma gala muestra su preferencia por los bonos ‘core’ con vencimientos “largos o intermedios”, pues la desaceleración económica y el endurecimiento cuantitativo adicional están pesando sobre los tipos de interés. Asimismo, la gestora destaca que los rendimientos reales son “atractivos” ya que “no incorporan la futura relajación y, sin embargo, las previsiones de inflación son optimistas”. “El endurecimiento de las condiciones de crédito y la ralentización del crecimiento económico provocan impagos corporativos, pero los márgenes de crédito ya incorporan un fuerte aumento de las tasas de impago”, agregan.

En la renta variable, en cambio, ven que el mercado se mantendrá “en la cuerda floja” mientras la economía se ralentice y continúe el ritmo de desinflación. “La ralentización económica favorece a los valores defensivos y a sectores como la sanidad y el consumo no cíclico”, destacan, al tiempo que también recomiendan apostar por valores tecnológicos por su poder de fijación de precios y por el oro, que se beneficia de “apoyos estructurales (geopolíticos) y cíclicos (presión recesiva)”.

Finalmente, Carmignac destacan la condición de “refugio seguro” del yen japonés, mientras que el yuan chino “debería seguir una tendencia a la baja”. “La deuda de los mercados emergentes en divisas locales ofrece un elevado ‘carry’ y potencial de revalorización del capital, así como atractivas perspectivas de crecimiento a largo plazo”, concluyen.

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