"El 'pegamento institucional' escasea en el sistema político tradicionalmente adversario de Francia", por lo que encontrar un acuerdo político tras la segunda vuelta de las elecciones legislativas "será complicado". Así lo afirma Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM, en una nota en la que analiza los resultados de los comicios, y la sorpresiva victoria de la coalición de izquierdas.
Como dice, "se ha materializado el escenario más probable que barajábamos desde el anuncio: que ninguno de los principales grupos lograría la mayoría absoluta". Pero ha habido una sorpresa, y es que "las facciones más extremas no tendrán el número suficiente para aprobar juntas una moción de censura que impida gobernar a una coalición de centro".
Para Moëc "esto es positivo en términos de estabilidad política para Francia, pero es probable que forjar dicha coalición siga siendo difícil". Y es que, aunque numéricamente, la izquierda, excluyendo a la izquierda dura LFI, junto con los centristas, "podrían –por poco– llegar a la mayoría absoluta", lo cierto es que en AXA IM creen que encontrar un acuerdo político "será complicado, ya que la izquierda parte de una posición bastante exigente en materia económica".
Desde la gestora añaden que parece que los grupos de izquierda están "implícita o explícitamente abiertos al diálogo". Son, remarca el economista de AXA, "básicamente los grupos de la izquierda que históricamente han tenido experiencia directa de gobierno".
En su opinión, estos partidos "quieren partir de una posición bastante maximalista para posiblemente arrancar concesiones significativas a los centristas sobre el gasto público, o sobre la reciente reforma de las pensiones, presentando la plataforma radical de la alianza de izquierdas como base para el debate".
Pero insiste en lo complicado de esta campaña. Bajo su punto de vista, "un gobierno técnico en minoría es una opción para salir del punto muerto, pero probablemente sólo se centraría en aplicar políticas minimalistas". Esto, a su vez, "minimizaría las perturbaciones, pero no aportaría mucha claridad sobre la trayectoria macroeconómica francesa, en un momento en el que es necesaria una actuación fiscal".
Sobre todo, remarca Moëc, ante el elevado déficit público que arrastra el país galo. "Con la incertidumbre persistente en Francia y unos datos nada brillantes en Alemania, la continuación de la eliminación de las restricciones monetarias por parte del BCE sería de gran ayuda", indica.
Y es que hay que recordar que el IPC de la zona euro de junio "no fue preocupante –el impulso de los precios de los servicios ha mejorado–, pero la inflación se mantiene en una meseta visiblemente superior al 2%, que esperamos que continúe hasta el otoño".
"En un contexto de resistencia del mercado laboral, es poco probable que el Consejo de Gobierno acelere los recortes de tipos", explica, por lo que en AXA IM siguen esperándolos para septiembre y diciembre.