Después de un primer semestre de 2023 espectacular para las acciones, tanto en Europa como en Wall Street y Japón, los inversores se preguntan si es momento de cambiar su asignación de activos hacia los bonos o los inmuebles, o si lo correcto es más correcto diversificar las carteras sin renunciar a estar en bolsa.
Desde la gestora Fidelity International, una de las más importantes del mundo, consideran que "la probabilidad de un aterrizaje suave" en las principales economías occidentales "está descendiendo, lo que contrasta con algunas áreas del mercado que están entrando en territorio de sobrecompra", como las acciones tecnológicas americanas.
Para Andrew McCaffery, director de Inversiones (CIO) global de Fidelity, hay dos tendencias que dominarán los mercados en los próximos meses, y que condicionarán la asignación de activos.
LAS DOS TENDENCIAS QUE DOMINARÁN LOS MERCADOS
En primer lugar, Fidelity considera que la resiliencia mostrada por las principales economías frente al endurecimiento monetario de los bancos centrales pasará factura más adelante, "cuando los efectos retardados de las políticas monetarias finalmente se dejen sentir".
Su escenario más probable es "una recesión cíclica, en la que el desempleo suba hasta alrededor del 5% en EEUU durante los próximos doce meses". En su opinión, "un aterrizaje suave parece altamente improbable en estos momentos".
En este sentido, su consejo a los inversores es que "aprovechen las valoraciones anómalas" y apuesten por "algunas áreas del mundo emergente, sobre todo desde la óptica del atractivo relativo". Además, aconsejan reducir el riesgo apostando por "la deuda corporativa con grado de inversión, que aporta rendimientos y flexibilidad".
En segundo lugar, Andrew McCaffery destaca a China como opción de largo plazo, pese a que su recuperación económica ha defraudado en la primera mitad del año.
"La desconexión entre las expectativas del mercado y la realidad de la recuperación ha dejado a la bolsa china cotizando con un importante descuento. Aunque podría parecer que China ha dado dos pasos para atrás, el siguiente movimiento podría ser tres pasos hacia adelante. Eso podría extrañar ligeramente en estos momentos, pero estamos ante un punto de entrada atractivo", considera este experto.
Además, destaca por su atractivo al mercado bursátil de Japón, que ha marcado máximos de los últimos 33 años. "La tendencia a largo plazo de refuerzo del gobierno corporativo en Japón ha sido beneficiosa. La actividad de recompras ha mejorado y está enfocándose de forma más adecuada la rentabilidad sobre recursos propios. Desde una perspectiva estructural, su mercado reviste mucho más interés que en las últimas décadas, aunque somos conscientes de que ya ha mostrado también un muy buen comportamiento este año", argumenta McCaffery.
ASIGNACIÓN DE ACTIVOS
Al detallar las temáticas principales e implicaciones para la inversión de cara al segundo trimestre, Fidelity señala sobre las acciones que "estamos posicionados de forma cautelosa, infraponderando renta variable y renta fija privada" y "tomando posiciones en acciones con una volatilidad mínima y preferencia por los sectores defensivos (consumo básico y atención sanitaria) frente a los cíclicos. En renta fija, preferimos deuda pública y bonos con grado de inversión frente al mayor riesgo de los bonos 'high yield'".
También comentan que "el sector mundial del lujo es un beneficiario del aumento del gasto y el turismo relacionados con la reapertura de China", por lo que "también debería ofrecer cierta protección frente a caídas".
Por otro lado, consideran que "las acciones europeas de pequeña capitalización representan una oportunidad, ya que cotizan con un gran descuento frente a las estadounidenses".
INVERSIÓN EN INMUEBLES
Por último, al analizar las posibilidades de inversión en inmuebles, Fidelity señala que "la fragilidad procedería principalmente de unas subidas de tipos mayores de lo previsto que tendrían un efecto negativo para los mercados de inversión y alquiler".
Su conclusión es que, "como es habitual en los ciclos inmobiliarios, los precios de los inmuebles se mueven mucho antes que los índices de mercado, por lo que el segundo semestre constituye una buena oportunidad de compra en los mercados inmobiliarios europeos".