Demetrio Chávez Peñaherrera, alias “Vaticano”, saldrá libre mañana
Luego de 22 años, Vaticano, de 62 años, 1.75 de estatura, será otra vez un hombre libre pero no necesariamente un hombre nuevo. Lo ha anunciado Julio Magán, el jefe del INPE.
Mañana miércoles 13 de enero saldrá libre Demetrio Chávez Peñaherrera, alias “Vaticano”, quien fuera el mayor capo de la droga de los años ochenta en Perú y cuyo testimonio puso en jaque al siniestro Vladimiro Montesinos, el hombre más cercano al exdictador Alberto Fujimori. Vaticano abandonara el penal Miguel Castro Castro.
Luego de 22 años, Vaticano, de 62 años, 1.75 de estatura, será otra vez un hombre libre pero no necesariamente un hombre nuevo. Lo ha anunciado Julio Magán, el jefe del INPE. “El INPE solo cumple con un mandato y mañana tendrá que dársele libertad. No tiene ningún otro proceso con mandato de detención”, añadió el funcionario en Canal N.
El periodista peruano que estudio su caso, Hugo Goya, afirma que Demetrio Chávez Peñaherrera, luego de haber delatado a Vladimiro Montesinos, fue sometido a una craneotomía.
Acuso abiertamente a Vladimiro Montesinos de cobrarle cupos por dejarlo traficar con drogas. Vaticano afirma que pagaba hasta 50.000 dólares mensuales para que los militares lo dejarán enviar cocaína al cártel de Medellín desde la selva peruana. La relación con Vladimimo Montesinos, el hombre más cercano al exdictador Alberto Fujimori, se deterioró cuando este dobló la tarifa. Vaticano se rehusó a pagarle 100.000 dólares al titiritero del Servicio de Inteligencia Nacional peruano.
En una de las posteriores audiencias judiciales, un Vaticano confundido, incoherente y visiblemente alterado, no pudo hablar con claridad. El periodista peruano que estudio su caso, Hugo Goya, afirma que Demetrio Chávez Peñaherrera, luego de haber delatado a Vladimiro Montesinos, fue sometido a una craneotomía.
Vaticano es aficionado a la música de Camilo Sesto y Jose Luis Perales. Para los ricos peruanos, no era Demetrio Chávez sino Camilo Ferrer Picasso. Su reinado en el mundo del hampa peruano terminó en Colombia, en 1993, país al que huyo pensando, quizá, que sus colegas, los Rodríguez Orejuela, o los subalterno del mismo Pablo Escobar, le darían una mano.
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