La crisis de los mercados emergentes empeora. Indonesia y Sudáfrica se suman ahora a las divisas de este tipo de economías que coquetean ya con sus nuevos mínimos históricos.
Las acciones de los mercados emergentes no paran de caer en lo que va de año y sus respectivas divisas han sido especialmente maltratadas desde el pasado mes de abril.
El rand y la rupia se desmarcan como unas de las divisas más castigadas
En el caso de Sudáfrica, el país ha estado sometido bajo una presión especialmente sensible este miércoles, después de que el martes se publicara un informe que indicaba la entrada en recesión de su economía por primera vez desde 2009.
El rand sudafricano, caía este miércoles a mínimos de hace dos años, seguido por el won surcoreano y el peso mexicano. La economía más industrializada de todo África está viéndose lastrada por la caída de su producción agrícola. Y es que Sudáfrica presume de uno de los peores déficit por cuenta corriente de los países en desarrollo (4,8% de su PIB).
Además, el optimismo ante el plan económico de su presidente, Cyril Ramaphosa, ha disminuido, lo que sumado a la guerra comercial y una desaceleración china, puede empujar a una economía tan dependiente de las materias primas cuesta abajo. Para Charles Robertson, economista jefe de Renaissance Capital, "la principal debilidad de Sudáfrica es el exceso de liquidez".
La rupia indonesia no se queda atrás y acumula unas pérdidas de en torno al 9% en lo que va de 2018. De hecho, está atravesando sus peores momentos desde la crisis asiática de 1998. Y todo después de que la reiterada subida de tipos y las intervenciones de su Banco Central hayan sido incapaces de frenar la depreciación de la divisa del país.
Sin embargo, aparentemente el riesgo de entrar en una recesión absoluta parece menor que en otros países, teniendo en cuenta que su economía se ha expandido a un ritmo del 5% desde 2014. Según Moody's, un 41% de la deuda de Indonesia está en monedas extranjeras, por lo que cuanto más caiga su rupia, más difícil le será hacer frente a sus deudas.
Este jueves, el par USD / IDR ha alcanzado un nuevo récord tras superar por primera vez el nivel psicológico de las 15.000 rupias por cada dólar estadounidense.
Por su parte, el índice MSCI de Mercados Emergentes acumula ya una caída del 19,7% desde su máximos del pasado mes de enero. Entre los mercados bursátiles más afectados se cuentan el de Arabia Saudí e Indonesia, cuyos selectivos tocaron mínimos de hace casi dos años. Con todo, la lira turca se ha recuperado ligeramente ante los rumores que apuntan a una subida de tipos del banco central turco la próxima semana.
Para Danske Bank, esta crisis "tiene características en común con otras anteriores, en las que las economías dependían de financiación externa debido a sus débiles fundamentales 'macro' amplificados por un extenso déficit de sus cuentas corrientes".
¿Qué puede evitar el tan temido contagio? Deutsche Bank propone una serie de medidas:
1. EL PESO ARGENTINO NECESITA ESTABILIZARSE
Argentina está llevando a cabo "un agresivo (y correcto) ajuste fiscal respaldado por el FMI (Fondo Monetario Internacional) e incluso por Donald Trump". Con todo, el peso está siendo una de las divisas más castigadas y un buen número de fondos están "muy expuestos" a Argentina.
2. CHINA DEBE REBOTAR
La "pérdida de fe en el crecimiento global" sigue siendo un problema para la entidad alemana. Por tanto, "es importante para el mercado que China rebote en el cuarto trimestre del año, lo que sería muy beneficioso, según nuestras previsiones".
3. LA SALIDA DE CAPITALES DE LOS EMERGENTES DEBE DETENERSE
La fuga de capitales de los mercados emergentes "no parece particularmente grave en comparación con anteriores periodos", pero "la recuperación de los flujos de cartera ha sido siempre una condición necesaria (aunque insuficiente) para que el rendimiento de los emergentes tocaran fondo en el pasado".
4. LA FED NECESITA HABLAR SOBRE NEUTRALIDAD
El punto de inflexión de la venta masiva en los mercados emergentes entre 2015 y 2016 fue el acuerdo de Shanghai, firmado en octubre de 2016. La Fed reconoció "elevados vientos en contra de naturaleza externa y decidió retrasar su alza de tipos". Además, cando Greenspan viró las políticas monetarias de la Fed hacia una orientación "neutral" en 2005, el dólares alcanzó máximos y los activos de riesgo encontraron cierto alivio.