Los fondos alternativos ganan brillo con la crisis del coronavirus gracias a su iliquidez

Las ventanas de liquidez trimestrales o semestrales evitan parcialmente la venta a pérdidas

  • Los fichajes se siguen sucediendo y los fondos tienen pólvora seca para comprar en sectores castigados
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Inversiones alternativasEric Nopanen, Unsplash

El interés de los grandes inversores por los fondos alternativos no ha menguado con el coronavirus. Todo lo contrario, ha ido a más. En la crisis levantada por el Covid-19, a diferencia de la gran crisis financiera de 2008, no ha habido casos sonados de fondos pillados en inversiones tóxicas o cerrados de urgencia. La iliquidez de los alternativos, de hecho, se ha convertido en un punto a favor contra la volatilidad del mercado.

A mediados de marzo, en los peores momentos del brote de Covid-19, el índice VIX, utilizado como referencia para medir la volatilidad de los mercados, se disparó hasta un nivel próximo a 83 puntos, muy cerca de los 89,5 puntos que marcó en octubre de 2008. Aunque a posteriori la situación ha entrado en un paréntesis de relativa tranquilidad, con el VIX por debajo de los 40 puntos, en ese momento muchos gestores se atrevieron a decir fríamente que los alternativos eran un refugio y una oportunidad, no un peligro.

Uno de ellos fue Diego Fernández Elices, director general de Inversiones de A&G Banca Privada. “Muchos fondos alternativos, sobre todo en el capital riesgo, tienen ventanas de liquidez trimestrales. Esto protege al inversor, porque no puede salir del fondo y sigue manteniendo su visión de largo plazo evitando en buena parte la venta a pérdidas y, cuando llegue la siguiente ventana, posiblemente lo peor de la crisis haya pasado y los mercados hayan recuperado una gran parte de lo perdido”, explicaba por aquel entonces, mientras que “otros mercados apenas perderán nada”. En otros fondos alternativos o de capital riesgo, las ventanas de liquidez incluso son semestrales o anuales.

“Optar por fondos no líquidos no evita las pérdidas”, puntualiza Thomas Friedberger, consejero delegado y codirector de Inversiones de Tikehau Investment Management. “Si has invertido en un momento malo, sufrirás pérdidas, pero al menos se evita que ciertos inversores entren en pánico y pidan redenciones en el peor momento”, confía el directivo de la gestora francesa.

Friedberger pone el ejemplo de las estrategias de inversión en situaciones especiales, muy atractivas por su potencial de rentabilidad en este contexto pero que deberían enfocarse desde el prisma de los fondos alternativos no líquidos. Estas estrategias invierten en empresas que necesitan financiación especial o en bonos que se negocian con un gran descuento en los mercados líquidos porque están enfocados en los sectores más afectados por la crisis (o percibidos como tales por el mercado), pero aun así son emisores de calidad.

Precisamente, la boutique francesa se ha asociado recientemente con Banca March para lanzar en España un ELTIF (European Long-Term Investment Fund) en exclusiva para los clientes del banco dedicado a la transición energética. De capital riesgo, replica el fondo Energy Transition Fund de Tikehau Capital, lanzado en colaboración con Total S.A. en 2018. Busca aprovechar la oportunidad de inversión que la transición energética alberga. “No podemos imaginar un mejor momento para avanzar en el proceso de cambio que ya estaba en marcha, en un mundo que tras el Covid-19 reforzará y acelerará el cambio hacia un sistema energético más sostenible”, prevé Juan Antonio Roche, subdirector general de Banca March y director del área de Productos.

FICHAJES Y FONDOS OPORTUNISTAS

El sector de los alternativos ha ganado brillo con los tipos negativos y la pandemia sanitaria está reforzando su mensaje. Fruto de ello, los fichajes entre gestoras se siguen sucediendo a pesar de la situación de bloqueo y confinamiento. El último lo ha protagonizado Union Bancaire Privée (UBP), que ha incorporado a Kier Boley en calidad de director de Inversiones y corresponsable de Soluciones de Inversión Alternativa. UBP tiene más de 9.500 millones de euros en activos alternativos. Está previsto que Boley, quien ha trabajado durante 20 años en GAM, codirija desde Londres un equipo de inversión formado por seis profesionales ubicados en la City londinense y en Ginebra.

Entre los fondos alternativos, también están los ‘hedge funds’ y los fondos activistas, dirigidos a grandes patrimonios y, sobre todo, a los clientes institucionales. Según un informe de Lazard sobre las inversiones de los fondos activistas en plena crisis sanitaria, estos han recortado significativamente su actividad, con una reducción del 38% de campañas iniciadas de febrero a marzo, lo que equivale a un 27% menos respecto a marzo de 2019. Así, el número de campañas iniciadas en marzo ha sido el más bajo desde 2013 y el capital desplegado, el más bajo desde 2016. Sin embargo, esto es síntoma de que esperan con la pólvora seca para aprovechar los precios de ganga que está dejando en algunos sectores el Covid-19. Como ha publicado Bolsamanía, si la recuperación no llega en 2021, los inversores oportunistas (o fondos buitre, en ocasiones diferentes de los activistas) se lanzarán a comprar hoteles en España, uno de los sectores más castigados.

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