Expira el plazo para aportar al plan de pensiones: cinco errores frecuentes y cómo evitarlos

Con el fin de año a la vuelta de la esquina, es el momento de planificar y aprovechar sus ventajas fiscales

como ajustar tu plan de pensiones en periodos de alta inflacion 1024x631

Con el fin de año a la vuelta de la esquina, es el momento de planificar las aportaciones al plan de pensiones y sacar partido a sus ventajas fiscales de cara a reducir la base imponible del IRPF. Sin embargo, las prisas por aprovechar las deducciones puede llevar a decisiones apresuradas y, en muchos casos, a errores comunes que pueden tener un impacto significativo en el futuro.

Errores que pueden limitar el ahorro a largo plazo y que van desde conformarse con cualquier opción hasta ignorar factores clave como la rentabilidad o las comisiones. Y es que elegir y gestionar un plan de pensiones no es una tarea que deba tomarse a la ligera.

Evitar estos errores comunes y adoptar una estrategia basada en el análisis y la diversificación puede marcar una gran diferencia en el bienestar económico durante la jubilación.

"La clave está en tomar decisiones informadas, evaluar las opciones disponibles y mantener un enfoque dinámico", aseguran en el comparador financiero HelpMyCash, donde apuntan los cinco errores más comunes y las formas para evitarlos.

En primer lugar, elegir cualquier plan de pensiones pensando que algo es mejor que nada. Aunque es cierto que invertir es mejor que no hacerlo, ya que el dinero que no se invierte pierde poder adquisitivo debido a la inflación, no todos los planes de pensiones son iguales.

"Un producto con baja rentabilidad puede reducir drásticamente la cantidad acumulada a largo plazo", advierten los expertos. Por ejemplo, invertir 1.500 euros cada año en un plan con una rentabilidad del 10% podría generar 165.854 euros tras 25 años gracias al interés compuesto. En cambio, si la rentabilidad es del 5%, la cifra cae a 74.439 euros, menos de la mitad. Y muchos planes ni siquiera alcanzan una rentabilidad media de 5% anual.

"Aunque las rentabilidades pasadas no garantizan resultados futuros, analizar el desempeño histórico de un plan es clave para tomar una decisión informada y hacerse una idea de su potencial", señalan.

En segundo lugar, ignorar las comisiones y subestimar sus efectos. "La diferencia puede parecer pequeña, pero su impacto a largo plazo es considerable. Por ejemplo, si un plan genera un rendimiento bruto del 10% anual, pero tiene una comisión del 1,7%, el capital acumulado tras 25 años sería un 18% menor que el de un plan con una comisión del 0,5%. Por eso, antes de decidirte, compara las comisiones y evalúa su efecto en la rentabilidad neta", explican.

En tercer lugar, concentrar todos los ahorros en un único plan. En cambio, diversificar permite equilibrar riesgos y aprovechar oportunidades en distintos mercados. Creen que lo ideal es combinar planes de renta fija y renta variable, ajustando el porcentaje en función del horizonte temporal y la tolerancia al riesgo.

"Por ejemplo, si faltan décadas para tu jubilación, podrías inclinarte por un mayor porcentaje en renta variable, que ofrece mayor potencial de crecimiento. A medida que te acerques a la jubilación, sería prudente aumentar tu exposición a renta fija para reducir la volatilidad", detallan. Sin embargo, insisten en que la estrategia debe personalizarse en función de los objetivos del inversor.

En cuarto lugar, dejarse seducir por las promociones de traspasos. Muchas entidades ofrecen bonificaciones de hasta un 4% para atraer traspasos de planes de pensiones. Sin embargo, desde el comparador aconsejan no tomar una decisión basándose únicamente en estas promociones: "Es importante analizar si el plan incluido en la promoción cumple con los objetivos del inversor y si sus comisiones son competitivas. Las promociones suelen ser puntuales, pero las comisiones se aplican cada año".

También recomiendan revisar los requisitos de permanencia y otros términos que puedan limitar la flexibilidad en el futuro, ya que una oferta atractiva a corto plazo podría salir cara a largo plazo.

Por último, en quinto lugar, no revisar periódicamente el plan de pensiones. La vida cambia, y con ella, las necesidades financieras. Por ello, no ajustar el plan de pensiones de manera regular puede suponer perder oportunidades para optimizar el ahorro.

"Es importante evaluar el plan al menos una vez al año para asegurarse de que sigue alineado con los objetivos personales y comparar su rentabilidad con la del mercado. Si el rendimiento es inferior al promedio, puede ser momento de considerar un cambio", recomiendan.

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