Muere Manuel Camacho Solís, uno de los grandes negociadores de la política mexicana en épocas de crisis
Fue uno de los personajes más allegados al poder durante muchos sexenios y uno de los unificadores de la izquierda mexicana
- En 1994 negoció una salida pacífica con el EZLN
- Fue diputado federal y Senador por el PRD
Manuel Camacho Solís falleció a los 69 años de edad víctima de cáncer en el cerebro en la Ciudad de México, es considerado como uno de los grandes políticos de México y como el cerebro de muchas situaciones polémicas que dejó el régimen priísta en las últimas décadas en las que estuvo en el poder, antes de perderlo en el año 2000.
Camacho Solís se movió entre los más altos círculos de poder político en México como un hombre inteligente, que poseía una cualidad única para arreglar problemas de forma equilibrada y por su enorme capacidad negociadora en momentos de crisis y donde el ambiente se tensaba.
Fue dirigente juvenil del Partido Revolucionario Institucional en su época de estudiante de Economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). A partir de ahí, su amistad y vínculos con personajes como Carlos Salinas de Gortari y su hermano Raúl; Emilio Lozoya Thalmann, José Francisco Ruiz Massieu, Hugo Andrés Araujo y Alberto Anaya, lo catapultarían años más tarde en la escena política nacional.
En las décadas de los setenta y ochenta trabajó en la Secretaría del Patrimonio Nacional, en Nafinsa, la Secretaría de Comercio, la Secretaría de Programación y Presupuesto; fue subdirector de Estudios Políticos del Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales y subsecretario de Desarrollo Regional en la Secretaría de Desarrollo y Presupuesto, entre 1982 y 1986.
Se le reconoce su enorme capacidad negociadora en momentos de crisis
EL GRAN NEGOCIADOR
Pero Camacho Solís empieza a tener un papel determinante en la política de México cuando en 1988, Carlos Salinas de Gortari es elegido presidente bajo enormes sospechas de fraude electoral y es entonces cuando se le asigna la tarea de negociar con la oposición para llegar a acuerdos que beneficiaran tanto al gobierno como a la izquierda mexicana, que en ese año encontró en Cuauhtémoc Cárdenas su gran representante y figura ideológica más importante durante muchos años.
A inicios de 1994, cuando todo México estaba bajo la euforia de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), con todas su promesas de bienestar y bonanza, un grupo insurgente de Chiapas se levantó en armas y puso en evidencia la realidad de pobreza y marginación que existían –y siguen existiendo- en zonas del sureste mexicano.
Es ahí cuando salta a la escena nuevamente Manuel Camacho Solís como mediador entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional para buscar salidas pacíficas al conflicto armado.
Luego de largas jornadas de negociación, ambas partes llegan a un acuerdo para tener una tregua militar y comprometerse a los lineamientos acordados en lo que se le llamó los Acuerdos de San Andrés.
Manuel Camacho Solís fue el mediador entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional
"Soy alguien que ha vivido con enorme intensidad la política. Me ha tocado vivir las crisis más importantes del país de los últimos 40 años y en cada una de ellas (intento) tratar de aportar algo para una salida constructiva", dijo Camacho Solís en alguna ocasión.
EL SUEÑO DE SER PRESIDENTE SE DESVANECIÓ
A finales de 1993 y siendo regente del Distrito Federal, Camacho Solís era el candidato natural para ser el candidato oficial del PRI a la presidencia de la República en los comicios a celebrare en 1994.
No solamente lo avalaba su carrera política, sino que además tenía una amistad y pertenecía al círculo más cercano del presidente Salinas de Gortari, lo que aumentaba las posibilidades. Sin embrago, la sorpresa vino cuando Luis Donaldo Colosio fue designado como el candidato oficial y Camacho Solís fue relegado de la carrera presidencial.
Fue tal su enojo, que dijo abiertamente que no estaba de acuerdo con esta decisión y que no apoyaba a Colosio, cosa que significó prácticamente el final de sus posibilidades de ser presidente de la República, aun cuando el 23 de marzo de 1994 fue asesinado en Tijuana Luis Donaldo Colosio.
Desde entonces, a Camcho Solís se le consideró en el círculo político mexicano -y se le seguirá recordando- como uno de los mejores negociadores que algún día quiso ser presidente. Un estigma que nunca se pudo quitar de encima e incluso él mismo reconoció muchos años después: "He aprendido de la derrota… "Soy un político afortunado: perdí, pero conservo la posibilidad de que me tomen en cuenta", subrayando así su sueño de ser presidente.
SU TRANSCIÓN A LA IZQUIERA MEXICANA
El alejamiento del primer círculo del poder lo obligó a busca nuevos horizontes y de manera sorprendete para muchos, los encontró en la renovada izquierda mexicana que se especializó en los primeros años del nuevo siglo, en aceptar a ex priistas renombrados en sus filas.
En las elecciones del año 2000 –cuando el PRI perdió por primera vez luego de 70 años el poder- Camacho Solís se postuló a la Presidencia con el Partido del Centro Democrático que él mismo habpia formado y con el que apenas recibió el 0,6% de los votos, perdiendo así el registro oficial.
Fue diputado federal y Senador por el Partido de la Revolución Democrática (PRD)
Pero en 2003, su carrera política tomó un nuevo impulso cuando fue diputado federal por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y finalmente en 2012 llegó al Senado de la República con este mismo partido.
Cuando llegó al Senado, dejó una frase que podría ser el resumen de su ideología política y en donde se destacó como uno de los más grandes negociadores de la política contemporánea de México.
"El objetivo más importante debería ser pacificar a México, y eso quiere decir cambiar la dirección de la política de seguridad hacia un respeto al Estado de derecho", indicó en su primer discurso en el pleno de la cámara alta.
De esta manera, hoy la clase política nacional reconoce y resiente la muerte de este hombre que no pudo ser presidente de México, pero que su trabajo permitió en buena medida que se escribiera la historia reciente de México tal cual la conocemos.
Lea también: