“Ahora mismo, lo que más preocupa a los inversores es en qué momento comprar en los recortes. (...) No obstante, hay cuatro riesgos principales que los mercados tienen que sortear ahora, lo que hace que tengamos algunas reservas a la hora de comprar en el recorte actual. Básicamente, la presente corrección no es tan fácil de interpretar como otras anteriores”.
Esto es lo que opina el estratega de Robeco, Peter van der Welle, quien advierte de que la inflación, el riesgo de una menor demanda de los consumidores, lo que ocurra finalmente entre Rusia y Ucrania y la decisión que adopte la Reserva Federal (Fed) son cuatro problemas con los que hay que 'lidiar' ahora y que potencialmente pueden estropear el panorama en la renta variable.
Pese a este contexto, Van der Well cree que la reciente corrección no presagia el fin del mercado alcista de la renta variable, ni apunta a que las apuestas TINA (There is no alternative o 'no hay alternativa') hayan alcanzado su fecha de caducidad.
“Lo que advierten los actuales parámetros de valoración, como la prima de riesgo de la renta variable, es que seamos precavidos dado el aumento de los riesgos bajistas, aunque la historia demuestra que, aun a estos niveles, las acciones normalmente superan a los bonos. Seguimos siendo optimistas para la renta variable en los próximos 12 meses y en nuestra cartera multiactivos mantenemos una ligera sobreponderación", indica el estratega de Robeco.
EL GRAN PROBLEMA ES LA INFLACIÓN
Más allá de lo que ocurra entre Rusia, Ucrania y el resto del mundo -"a lo mejor todo esto es pasajero", apunta Peter van der Welle-, el principal gran riesgo para este estratega es la inflación, cuyo repunte ha provocado una considerable merma en el poder adquisitivo de empresas y consumidores.
“La primera amenaza es que pensamos que los riesgos de inflación seguirán sesgados al alza algunos meses más, aunque prevemos que después se reduzcan significativamente”, explica Van der Welle. “Los mercados financieros se están dando cuenta de que la Fed ha decido combatir la inflación, y descuentan cinco subidas de tipos en 2022 para afrontar esos riesgos inflacionistas", añade.
Con todo, aunque reconoce que todo esto podría "generar turbulencias", cree que los mercados asumirán después que la inflación se desacelera, al menos en partes cíclicas de la economía.
"Si analizamos el efecto base sobre la inflación de una caída del precio del crudo, la tasa de IPC general debería disminuir hasta alrededor del 3,5%. Eso significa que se habría reducido a la mitad en comparación con la tasa interanual actual", describe este estratega. “La prima de riesgo de la inflación, la compensación que los inversores exigen para protegerse de una inflación imprevista, ha remitido últimamente. La inflación ha acaparado la atención durante el último año, pero esa señal de los mercados de bonos nos indica que el mercado puede sobreponerse”, concluye.