"No seas idiota". Es el consejo que da el estratega Mark Grant, de B. Riley Securities, a los inversores que se pregunten si es buena idea invertir en acciones chinas tras el reciente colapso de sus bolsas. Al otro lado, alguien sin duda más conocido para nuestros lectores, Ray Dalio, asegura que los títulos del gigante asiático siguen siendo "una parte importante" del portfolio.
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Tencent cae también en Wall Street después de que China califique el juego online de "opio"Así se ha referido el fundador del coloso Bridgewater Associates a la complicada situación que atraviesa China. Para ello, ha utilizado un post publicado en su cuenta personal de LinkedIn.
"Deben comprender que China es un modelo de capitalismo de Estado, es decir, el Estado dirige el capitalismo para servir al interés de la mayoría de la gente guiado por unos funcionarios que no permitirán que la sensibilidad de los mercados de capital y ricos capitales se interpongan en su camino de lo que creen es mejor para el país", explica Dalio.
"En su lugar, aquellos en el mercado de capital y los capitalistas en general han entendido su lugar subordinado dentro de ese sistema aceptando las consecuencias que pueden sufrir si dan problemas", apuntala el fundador de Bridgewater.
"Desde el punto de vista de la inversión, veo oportunidades y riesgos tanto en el sistema americano como en el chino, y es probable que ambos compitan entre ellos y se diversifiquen el uno al otro", añade. "Por tanto, ambos deberían ser considerados como partes importantes de nuestro portfolio", concluye Dalio.
TENCENT, LA ÚLTIMA GRANDE EN CAER
Tencent ha sido la última gran compañía en lastras a las acciones chinas en las últimas sesiones. El coloso asiático se ha hundido un 10% después de que el Gobierno de Xi Jinping califique el juego online, tan relevante dentro de su negocio, como "opio", comparándolo así con una droga.
Estas duras palabras han llegado a través de los medios de comunicación estatales chinos, altavoz gubernamental del país, con un artículo en el que además se reclamaba más restricciones a la industria tecnológica para evitar la adicción y su impacto negativo sobre los niños.