"Soy un polvorín a la espera de un BUM"
Vester Lee Flanagan, este hombre incivilizado, o que se barbarizó en el camino, murió en el hospital, entre la civilización que odió, que, en lugar de lanzarle una piedra al cráneo, intentó salvarle la vida.
Vladimir Nabokov describió a Sigmund Freud como el gran charlatán del siglo XX, pero algunas veces Freud daba en el blanco. Dijo el vienés en cierta ocasión que la civilización humana nació el día en que un hombre de las cavernas, ofendido por otro hombre de las cavernas, en lugar de lanzarle una piedra a la cabeza, lo insultó. O simplemente calló y lo ignoró. Pero lo contrario ha sucedido: un hombre del siglo XXI se convirtió en un salvaje.
Han muerto dos periodistas de una cadena regional de noticias en los Estados Unidos a manos de un excolega, que horas después se dio un disparo en la cabeza, en una región del estado de Virginia.
Cuando Vester Lee Flanagan se enteró de que un tal Dylann Roof, 21, asesinó, a sangre fría, a nueve personas, a pesar de que algunas de ellas le pidieron clemencia; cuando lo supo, un Vester Lee Flanagan desde ya turbado dio el salto al lado oscuro.
El asesino es Vester Lee Flanagan, 41 años, para justificar su acto, redactó y envió una carta a la cadena ABC News, que afirma haberla recibida unas dos horas luego de que la reportera Alison Parker, 24, y el cámara Adam Ward, 27, ambos empleados de la televisora local WDBJ7, a las 6:45 am, en el pueblito de Moneta, pasaran al mundo de las sombras. No obstante, el que firma la carta no es Vester Lee Flanagan sino Bryce Williams. Con este nombre se le encuentra en el Linkedin, red profesional en la que se descubre que Bryce Williams o Vester Lee Flanagan ha trabajado para diversas cadenas de noticias desde los años noventa, pero también en publicidad y relaciones públicas.
Vester Lee Flanagan, ¿o Bryce Williams?, afirma haber tenido una vida dura, asegura haber sido discriminado toda su vida. Dice que ha sufrido acoso, que le han jugado novatadas en el trabajo, que ha sido ofendido tanto por negros como por blancos y que ha sido marginado toda su vida por ser negro y sentir atracción por otros hombres. El manifiesto deja entrever en qué momento este hombre descrito por quienes lo conocieron como “amargado”, “alguien con quien es difícil trabajar” pero “buen presentador de televisión y mejor reportero”, se radicalizó. Ese momento es la masacre en la capilla de Charleston, en la que un joven blanco que gritaba a los cuatro vientos que todos los seres humanos con piel oscura son inferiores a los de piel clara asesinó a nueve personas negras con un arma calibre 45.
Cuando Vester Lee Flanagan se enteró de que un tal Dylann Roof, 21, asesinó, a sangre fría, a nueve personas, a pesar de que algunas de ellas le pidieron clemencia; cuando lo supo, un Vester Lee Flanagan desde ya turbado dio el salto al lado oscuro. “Y en cuanto a lo que concierne a Dylann Roof (…) ¿quieres una guerra racial? Hagámoslo”, se lee en el manifiesto enviado por fax a la cadena ABC News. “Soy un polvorín desde hace algún tiempo, a la espera de un BUM”.
Vester Lee Flanagan, luego de haber filmado cómo asesinaba a Parker y a Ward, tuiteó una excusa: que había matado a Parker porque ella había hecho comentarios racistas y aun así había sido contratada. Luego se pegó un tiro en la sien que no lo mató instantáneamente. Este hombre incivilizado, o que se barbarizó en el camino, murió en el hospital, entre la civilización que odió, que, en lugar de lanzarle una piedra al cráneo, intentó salvarle la vida.